El impacto para Chiapas con la desaparición del Fonden sería grave, al ser uno de los estados que más ha sufrido los embates de los desastres naturales, al presentarse históricamente sismos de gran magnitud, lluvias que provocan deslaves, desbordamiento de ríos e inundaciones, cientos de incendios forestales e incluso la erupción del volcán Chichonal en 1982.
Todos los fenómenos han dejado a su paso una estela de destrucción y desolación en los municipios a los que les ha tocado la furia de la naturaleza.
Las condiciones orográficas y geográficas sitúan a la entidad a ser proclive de padecer desastres naturales; los más recientes son los sismos del pasado 7 y 19 de septiembre del 2017, y en este año los estragos que causaron las lluvias ocasionadas por las tormentas tropicales “Amanda” y Cristóbal”, donde esta última dejó cientos de viviendas dañadas, colapso de carreteras, puentes y cientos de damnificados.
En este sentido, es la población más pobre la más afectada, con los fenómenos naturales, por ello “la extinción del Fondo de Desastres Naturales no es opción para la entidad, ya que sin el Fonden habría mayor daño”, aseguró Nayeli Ruiz Rivera, investigadora titular del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Vulnerabilidad
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) señala que tres de cada cinco ciudades en el mundo están en riesgo de sufrir fenómenos catastróficos, donde México está expuesto al impacto de múltiples fenómenos de esta naturaleza.
De acuerdo al organismo internacional, el país se encuentra a la mitad del ranking mundial en el nivel de riesgo ante desastres naturales.
La nación mexicana está considerada como uno de los 10 países con más pérdidas en términos absolutos derivados de fenómenos de la naturaleza.
El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) identifica que en las últimas décadas los fenómenos han dejado daños con un costo promedio anual de 100 vidas humanas y poco más de 700 millones de dólares.
La vulnerabilidad de México ante desastres es elevada en más del 45% y tiene una propensión de crecimiento del 23% más. Terremotos, huracanes, sequías e inundaciones se han acrecentado por el cambio climático, el cual incrementa el número e intensidad de éstos.
En este sentido, los terremotos generan el mayor costo asociado a un desastre con un promedio de mil 354 millones de dólares. Las inundaciones, por su parte, generan la pérdida de 870 millones de dólares anuales.
Aunado a la desigualdad histórica que genera altos niveles de vulnerabilidad social en muchas regiones del país, entre ellos los estados más pobres como Guerrero, Oaxaca y Chiapas.
Por lo que se requieren recursos suficientes para enfrentar las devastaciones, ya que ni con los presupuestos estatales ni con la solidaridad de la sociedad o comunidad internacional se logra mitigar los efectos de un daño de esta naturaleza.
Fonden
El Fondo de Desastres Naturales (Fonden) fue constituido en 1996 como una estrategia de administración de riesgos ante los efectos destructivos que provocaron los huracanes Opal y Roxanne en la Península de Yucatán. Ello obligó al Gobierno Federal a reasignar presupuesto para ayudar a gente de escasos recursos, por lo que posteriormente se instauró este mecanismo financiero para la atención y recuperación de desastres naturales.
El Fonden apoya actividades de emergencia, recuperación y reconstrucción de comunidades después de la ocurrencia de tragedias, tales como sismos, huracanes, deslaves, inundaciones, etcétera. Los recursos de este fideicomiso sirven para llevar abrigo y alimento a las personas que de manera lamentable han perdido casi todo: vivienda, trabajo, escuela y sobre todo su tranquilidad.
Tras la conformación del Fonden se creó el Fondo para la Prevención de Desastres Naturales (Fopreden), el cual financia de manera conjunta, con las entidades federativas, la realización de acciones preventivas, sin embargo su extinción representaría la desaparición de una fuente de financiamiento para elaborar y actualizar los Atlas de Riesgo, así como para la ejecución de obras de mitigación.
Ante la idea de que el Fonden es un mecanismo de prevención para restituir las condiciones de vida: reconstrucción de la infraestructura, patrimonio y para rehabilitar la vida económica de una población que es azotada por la furia de la naturaleza, en donde sus principales componentes son la emergencia y reconstrucción, representa un “amortiguador” para no desestabilizar la economía mexicana.
Pugnan para que no desaparezca
Dentro del marco de los estragos que vivieron los estados del sur sureste del país por las tormentas tropicales que se registraron en las últimas fechas, la diputada federal Dolores Padierna propuso utilizar el recurso del Fonden para enfrentar la actual crisis de salud por la pandemia del Covid-19; sin embargo, especialistas, gobernadores, diputados federales, entre otros actores políticos pronto se manifestaron porque no se elimine pero sí que se reforme.
Tan sólo en el 2020 el Fonden tuvo una disminución en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) de casi el 8% con respecto al 2019, al pasar de 3 mil 644 millones a 3 mil 353 millones de pesos.
Ante este escenario, el legislador federal independiente por Chiapas, Carlos Alberto Morales Vázquez, resaltó que “muchos siguen sin entender la importancia de este instrumento financiero”, por lo que se manifestó en contra de la extinción de este apoyo que permite a los estados y ayuntamientos acceder a recursos destinados a paliar las emergencias naturales.
Consideró que en México, el Fonden es uno de los instrumentos de planeación para la prevención y para la reacción ante desastres naturales que tiene por objeto ejecutar acciones, autorizar y aplicar recursos para mitigar los efectos que produzcan un fenómeno natural perturbador, que ha sido de gran utilidad en nuestro país durante sismos e inundaciones.
Por lo que precisó que “es necesario retirar la reforma que Morena presentó para cancelar los fideicomisos donde va el Fonden y Fopreden”.
El legislador chiapaneco externó que muchos han coincidido en que “no es conveniente tocarlos” y deberían continuar en sus mismos términos.
Con relación a hacerlo perfectible, mencionó que “sería innecesario agregarle más candados con los que cuenta, ya que de por sí es complicado que bajen los recursos por tantas trabas que tiene ese fideicomiso, lo cual dificulta su ejecución”.
Por eso extraña, apuntó, que digan que podría caer en la corrupción, ya que considera una serie de lineamientos que lo hacen incorruptible.
“Y por otro lado, si se flexibiliza se volvería vulnerable, por lo que se tienen que tocar con pinzas las propuestas sobre el tema”, señaló.
Del Fonden al Fonagir
Cabe destacar que dentro del marco del Parlamento Abierto para Analizar la Propuesta de Reforma al Fondo Nacional de Desastres (Fonden), convocado por la Junta de Coordinación Política (Jucopo) y la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, el Gobierno de Chiapas a través de la Secretaría de Protección Civil lanzó la propuesta de transformación del Fonden y Fopreden hacia el Fondo Nacional en Gestión Integral de Riesgos (Fonagir).
Teniendo como antecedente que en el 2018 se creó el Fondo de Gestión Integral de Riesgos de Desastres (Fogird) como un fideicomiso público estatal, recordó que tras los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017, el Fonden fue insuficiente y por eso se crea el Plan Nacional de Reconstrucción (PNR).
Por lo que el Fonagir garantizará recursos para las ocho etapas de la gestión integral de riesgos de desastres, las cuales son: identificación de los riesgos y/o su proceso de formación, previsión, prevención, mitigación, preparación, auxilio, recuperación y reconstrucción.