"David Morales * CP. A pesar de contar con la ""modernidad"" de los hospitales y centros de salud los tuxtlecos no abandonan el uso de las plantas para curarse de algunas de los padecimientos más comunes. En sus jardines caseros aún se encuentran las plantas que en algún momento les devolvieron la buena salud.

Muchas veces la sociedad no se sabe el por qué o cómo curan las plantas, pero las continúan utilizando porque son efectivas para aliviarse de padecimientos frecuentes como dolor de estómago, diarrea, o bien para controlar la diabetes y el colesterol.

El curarse con las plantas forma parte de nuestras costumbres, aunque en decadencia la medicina tradicional forma parte de la herencia de la cultura zoque.

La ciencia y el misticismo son parte de la medicina tradicional. Si bien entidades científicas investigado las propiedades curativas de la flora local utilizando ciencias como la química y biología, el método científico se ha encontrado con las enfermedades mágico-religiosas aquellas que con dificultad se pueda diagnosticar en un consultorio médico.



Ciencia

Al respecto la oficina de Etno-botánica de la Dirección de Botánica del Instituto de Historia Natural (IHN), reporta que ha realizado estudios en 17 comunidades que comprenden la provincia de los zoques conformada por los municipios de Tecpatán, San Fernando, Chicoasén, Copainalá, Coapilla, Chapultenango, Berriozábal, Ocozocoautla y Tuxtla Gutiérrez.

Como resultado de las investigaciones se ha logrado obtener las propiedades curativas e 190 especies de las ocho mil 500 plantas que se tienen registradas en la flora chiapaneca.

En el registro del IHN se encentra como curar enfermedades gastrointestinales, respiratorias e incluso como curar raspones y heridas pequenas.

Se sabe que tomar una taza de té de hinojo aliviará el dolor de estómago, la hierbabuena curará la diarrea, un té de flor de mayo hará sentirse mejor de los cólicos, las hojas de candox nos ayudarán a controlar la diabetes y la sábila nivelará el colesterol.

Por otro lado también los tuxtlecos padecen del ""mal de espanto"", cuyos síntomas no se aliviarán con los medicamentos senalados en una receta. Estos ""padecimientos"" son los mágicos religiosos.

De acuerdo con Sergio de la Cruz, historiador de la presencia zoque en Tuxtla Gutiérrez, para combatirlos se deben acudir a los sabios y herederos de la costumbre de esta cultura.



Misticismo

De acuerdo a los métodos de curación se les atribuye el nombre, éstos son los yerberos, los hueseros, los rameadores y rezanderos.

Entre los más reconocidos se encuentra Antonio Paredes Escobar. También maestro joyonaquero o ramilletero de edad a avanzada, constante entre los especialistas en medicina tradicional zoque.

Entre sus herramientas de y técnicas en el proceso de tratamiento y curación se ligan las hierbas locales como la albaca y ramas de Cuchunúc junto a los rezos a los diversos santos de la religión católica, pues ""la medicina tradicional zoque tiene una cura para casi todas las enfermedades más comunes"" dijo.

Entre los más comunes son el mal de ojo en los recién nacidos, mal de antojo, mal de aire y el mal de espanto, éste ultimo conlleva distintas causas para su aparición, puede ser causado por un agua, rayo, fuego cualquier susto intenso provoca su aparición.

De la Cruz revela uno de los tantos métodos de curación de estos males. Para curar el mal de ojo, causado por aquellas personas que tienen la ""vista caliente"", se debe tratar con las rameadas y pasadas de huevo (que sea de gallina de rancho) que el yerbero considere necesario. Para evitarlo basta poner una pulsera de listón rojo con una pieza de ámbar que sea original y no una imitación de la resina.

Desafortunadamente la medicina tradicional zoque, así como la mayoría de su carga cultural y tradicional se encuentra oculto para muchos pues es poco el internes de las nuevas generaciones de tuxtlecos hacia sus orígenes.

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