"Rodolfo Flores * CP. Han pasado 47 años desde aquel día en que llegó a tierras chiapanecas. A su arribo una idea tenía en su mente: poner un negocio que le dejara jugosas ganancias. Una tienda o una empresa servirían para sacar a su familia de la pobreza, motivo por el cual se mudaron de ""Hierba Santa"", una colonia de Zanatepec, Oaxaca, a la capital de Chiapas.
Alfredo Guzmán, mejor conocido como ""La Pantera"", nunca imaginó que una herencia no monetaria de su abuelo le serviría de legado y sustento para toda la vida; unas tijeras y las ganas de superar la pobreza, fueron sus herramientas para lograrlo.
A sus 16 años de edad, después de haber probado suerte como bolero, estibador en la Central de Abastos y en otros oficios, la necesidad lo orilló a aprender la peluquería, oficio que por cinco generaciones han practicado los peluqueros de apellido Guzmán.
Los miembros de esta familia han logrado consolidarse en Chiapas como los mejores y más antiguos artistas de la tijera tradicional. 105 años cortando cabello dan cuenta de ello.
En un local situado sobre la 4ª Sur, en el lado poniente del centro de la ciudad, los hombres y niños esperan su turno para la rapada. El espacio blanco habla de la historia, por un lado una fila de revistas y periódicos de otros años, al centro, tres sillas hidráulicas revelan el tiempo.
Alfredo Guzmán narra -mientras corta la barba a Carlos, uno de sus clientes por 40 años-, que este oficio lo aprendió de su padre, Ernesto, que a su vez lo aprendió de su abuelo Julián.
-Nosotros los Guzmán somos originarios de Espinal, Oaxaca. Mi padre se dedicaba a la agricultura, pero también cortaba el pelo en la Colonia Hierba Santa en Zanatepec, nos salimos de allá por la falta de oportunidades, por la pobreza. Llegamos con la idea de salir adelante.
A sus 67 años de edad se sabe de memoria los 34 cortes de cabello y nueve de barba básicos de la peluquería tradicional, forma parte de la cuarta generación de peluqueros que llegó en 1965, estableciendo en ese entonces la que llegara a ser la peluquería más famosa y concurrida de la ciudad, ""Los Cocos"".
Sin la bata tradicional de peluqueros, siempre con camisa de manga corta, Alfredo, de carácter amable pero con un aspecto serio, platica que la peluquería tradicional se ha mantenido al paso del tiempo; a él de manera personal su clientela le ha sido fiel al paso de los años.
La peluquería en la historia
A comienzos del reinado de Luis XV, los grandes señores confiaban el cuidado de su cabello a sus ayudas de cámara, por lo que los peluqueros tuvieron que conformarse con cortar el cabello de la gente del pueblo. En este mismo siglo aparecieron los peluqueros de mujeres, sin embargo por cuestiones religiosas, en 1605 se prohibió a los hombres arreglar el cabello a las féminas.
Fue en 1649, por el incremento considerable de la población que constituye el gremio de peluqueros, que se estableció una corporación de barberos, bañistas, así como peluqueros de París, distinta al gremio de barberos cirujanos.
Por ello es que el oficio de la peluquería está asociado con el cuidado y el aseo personal de los hombres, principalmente.
Ahora
""La Pantera"" refiere que la peluquería tradicional específicamente se dedica el corte de pelo y barba, mientras que los establecimientos modernos como son las estéticas ofrecen otros servicios que van enfocados a las tendencias de la moda y las épocas que se viven, dictadas muchas veces por las marcas de productos cosméticos así como de belleza.
""La competencia ha disminuido un poco el trabajo. Cuando empecé a cortar el cabello se cobraban 20 centavos, ahora cobramos 35 pesos el corte, es algo que también marca la clientela, porque en un salón de belleza el costo puede ser de cien pesos en adelante"", asienta.
Las diferencias entre la peluquería y las estéticas, continúa, no están marcadas únicamente por los clientes, las herramientas también varían.
Las sillas de la peluquería Guzmán funcionan con un mecanismo hidráulico, revestidas con cuero alojan la humanidad del cliente al momento de cortarle el pelo, cuando es el turno de la barba se pueden inclinar hasta 90 grados, y tienen más de 50 años de antigüedad.
En la tijera se la sabe de todas, es su principal herramienta. Cada corte de cabello le toma entre 20 y 30 minutos.
-Aquí en la ciudad el corte más solicitado es el corte ""mesa"", y el militar, aquí le cortamos el cabello a personas de toda condición social, sin embargo la peluquería es más buscada por trabajadores debido al precio accesible, detalló.
Este noble oficio, asegura el peluquero, le ha dejado hasta el momento el sustento de una familia, con él le ha dado estudio a sus cuatro hijos, tres mujeres y un varón que por gusto propio ahora continúan con esta tradición de peluqueros dentro de la familia Guzmán.
""Yo soy cliente desde hace 40 años, mi padre era cliente de la peluquería y desde que tengo memoria me traía a cortar el cabello aquí, ahora yo traigo a mi hijo que es atendido por José Guadalupe Guzmán López (quinta generación), hijo de Alfredo Guzmán"", manifestó Carlos, un cliente de la peluquería.
Medidas
Mientras que en todo Tuxtla existen un promedio de 50 peluquerías tradicionales, tan sólo el centro concentra un número igual de estéticas y salones de belleza.
A principios de los 90 fue cuando por disposición de las autoridades de salud, en las peluquerías se deja de usar la tradicional navaja de acero para evitar el contagio de enfermedades, principalmente el VIH-Sida, implementándose con ello el uso de las máquinas o rasuradoras eléctricas.
En Chiapas no existe una asociación que concentre o norme la apertura o instalación de peluquerías o estéticas, así como para las de salubridad para su funcionamiento.
-Por la enfermedad del Sida nos prohibieron el uso de la navaja de acero, después la Secretaría de Salud nos daba un líquido para poner al cliente y así evitar las enfermedades, hasta que se obligó al uso de las navajas desechables, recordó Alfredo.
Luego de 47 años de ver cabellos caer y rostros cambiar, ""la Pantera"" regresa el tiempo. Por un instante mira su reflejo en los espejos del negocio y reconoce:
-Definitivamente nunca pensé dedicarme a esto, quería poner un negocio para hacer dinero y apoyar a mis padres, sí lo hice con este noble y hermoso oficio que aprendí con mi familia. Pienso que Chiapas es un estado maravilloso, aquí están enterrados mis padres, seguramente pasará lo mismo conmigo.
La competencia y la modernidad no disminuyeron la clientela del peluquero por casi 50 años, sin embargo una obra mal planeada y ejecutada en el centro de la ciudad lo lograron. Hay un letrero fosforescente que indica la nueva dirección de la peluquería en el Barrio del Niño de Atocha.
-Desde hace un año ya no sale para pagar la renta, los clientes que traen carro no se pueden estacionar, por eso bajó mucho la clientela, por eso nos pasamos a mi casa, comenta a los clientes, quienes responden al peluquero de apellido Guzmán:
-Seguro, en el próximo corte nos vemos por allá.
"
Cinco generaciones de historia del apellido Guzmán
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