El síndrome de colon o intestino irritable, también conocido como colitis, afecta entre el 5 y 15 % de la población. Muchos no tienen el tratamiento adecuado para los síntomas y se acostumbran a vivir así, con inflamación abdominal y malestar, principalmente los hombres.
Julia Salinas, especialista en nutrición clínica, explicó que es una enfermedad crónica muy frecuente, actualmente no tiene cura, no respeta sexo o edad, se altera la motilidad intestinal y la estructura del intestino es normal.
Puede afectar cualquier parte del tubo gastrointestinal, pero se afecta más el colon.
En el contexto personal, las molestias digestivas suponen un impacto negativo en la calidad de vida percibida por los pacientes.
En lo económico genera costos directos, por estudios médicos, diagnósticos, visitas a urgencias y disminución de la productividad, siendo considerada la segunda causa de ausentismo laboral.
Miles e incluso millones de mexicanos tienen un alto consumo de grasas, harinas refinadas, de sal, carbohidratos y alimentos procesados, lo que provoca una serie de afectaciones al cuerpo que se desarrollan en enfermedades, principalmente la colitis, que se suma el estrés al que esté sometida la persona.
El consumo crónico de alimentos poco o nada saludables genera cambios drásticos en la microbiota intestinal, que requiere de nutrientes para regular las funciones del cuerpo. De esta forma se comienzan a desarrollar los síntomas que se convierten en malestares, porque las bacterias malas ganan terreno.
Sobre las causas, indicó que son varias, puede ser desde malos hábitos alimenticios, trastornos psicosociales, alteraciones de la motilidad gastrointestinal, hipersensibilidad visceral, disfunciones del sistema nervioso, probable origen inmunológico, genética y el factor emocional por estrés.
Entre los principales síntomas está el dolor abdominal variable, que se relaciona con la defecación. El estrés o la comida pueden exacerbarlo.
En los intestinos se presenta moco en las heces, esfuerzo defecatorio, urgencia y tenesmo rectal. En la digestión se da la pirosis, dolor epigástrico, saciedad precoz y náuseas.
Los síntomas extraintestinales que deben considerarse como señal de colitis es la fibromialgia, síndrome de fatiga crónica, dolor pélvico crónico, cefalea, dolores musculares, palpitaciones, dolor torácico, insomnio, ansiedad, asma, tos, depresión, mal aliento, mal sabor de boca, dolor de cuello y espalda, entre otros.