En los últimos días de 2025, el centro de Tuxtla Gutiérrez refleja con claridad el peso de la economía informal en la vida cotidiana de la capital chiapaneca. Calles, avenidas y banquetas lucen abarrotadas de productos de todo tipo: ropa, frutas, verduras, calzado, pan, flores, utensilios y servicios diversos que convierten la vía pública en un enorme mercado a cielo abierto.
A primera hora, el comercio formal permanece cerrado en su mayoría, a la espera de abrir con el paso del día.
Flujo de compradores
En contraste, la actividad informal comienza desde temprano y se extiende principalmente desde la avenida Central y 1.ª Poniente hasta la 9.ª Sur, donde ambos lados de la vialidad muestran un flujo constante de compradores.
Lenta vialidad
La movilidad vehicular es lenta, aunque las calles se mantienen despejadas.
El transporte público circula con normalidad y la afluencia de automóviles es menor a la habitual.
En torno al Templo de Expiación del Señor del Calvario, fieles acuden a misa, mientras que en la plaza Central y la Catedral Metropolitana de San Marcos las personas transitan, descansan en el mobiliario urbano o se dirigen hacia los mercados públicos.
Los mercados municipales Juan Sabines Gutiérrez y Rafael Pascacio Gamboa registran un continuo movimiento de personas que acuden a comprar productos para cerrar el año, mientras que las actividades informales que los rodean tampoco ceden, reforzando un paisaje comercial mixto y saturado.
Sin acciones
En la zona centro se mantiene la presencia de un vehículo de la Secretaría de Seguridad del Pueblo (SSP).
Sin embargo, por el momento no se realizan acciones de retiro o reubicación del comercio informal, que opera sin pausa en esta recta final del año.












