Entre las actividades económicas de nuestro estado, la agricultura representa el principal motor de la economía local. De acuerdo al Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP 2016-2018), se cultivan 53 productos cíclicos y perennes; aunque actualmente se vive una de las panoramas más adversos por el cambio de actividad de los productores e impactos al medio ambiente, incluso plagas que en conjunto significan una reducción en las cosechas.
El Sistema Satelital de Monitoreo Forestal de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), reveló que Chiapas alcanzó una cobertura de suelo que alcanza un millón 382 mil 883 hectáreas, las cuales están divididas en cultivos anuales y perennes, es decir, aquellas cosechas que se generan sólo durante un año y también aquellas que cumplen su ciclo de producción mayor a los 12 meses.
En Chiapas se tienen identificados dos formas de producción: la agricultura comercial, que conlleva procesos de tecnificación y se desenvuelve en las regiones Soconusco y Centro, con cultivos vinculados a la exportación, como el café y plátano.
La segunda es la de subsistencia, que incorpora procesos intensivos de mano de obra, como el familiar, y su producción es en primer lugar para el autoabasto, mientras que los excedentes se reservan para la venta.
Reporte
La plataforma del SIAP registra que en Chiapas las superficies sembradas en 1996 eran de un millón 410 mil 937 hectáreas, en las que se reportan 39 cultivos. Los principales eran café, caña de azúcar, maíz, mango, cacao, soya y frijol.
Las superficies sembradas para el 2016 fueron de un millón 422 mil 215 hectáreas y tuvieron 63 cultivos genéricos, que representaban el 19 % de la extensión territorial.
Este mismo organismo refiere también una reducción en 2016 de 1.4 % de la superficie sembrada, respecto a un millón 443 mil 526 hectáreas sembradas en 2013; aunque si bien se redujeron las superficies sembradas, el valor de la producción aumentó hasta en un 9.28 %, ocupando los primeros lugares el café y la palma de aceite.
Impactos en la agricultura
En la última década se ha visto cómo se ha modificado la producción de los principales recursos agrícolas en el estado, partiendo de la información disponible en el SIAP; se ha podido observar una mayor producción de cultivos comerciales en contraposición con los cultivos básicos.
A partir de 2007 se han promovido programas de reconversión productiva, tanto de cultivos energéticos como de frutales. Se ha favorecido la producción de monocultivos con gran valor comercial pero que generan una serie de consecuencias adversas, tanto en lo ambiental como en lo social.
Con consecuencias tales como la pérdida de la soberanía alimentaria, la descapitalización de los productores si el cultivo no resulta redituable, abandono del campo, desplazamiento de la diversidad, migración, desempleo, incremento de la pobreza y otros.
Cambio de actividad
Al menos 24 mil campesinos adheridos a una sola organización han dejado de producir dos de los granos más representativos en el estado de Chiapas, como son el maíz y el café, derivado entre otras cosas por la falta de entrega de insumos al campo en los últimos tres sexenios.
Carlos Humberto Luna López, representante estatal de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), aseguró que ha bajado la producción de estos granos y la capacidad de cultivos diversificados.
Este panorama complejo se repite en los diferentes municipios de la entidad y está impactando en la soberanía alimentaria, tanto de las zonas rurales como de las urbanas.
En regiones como la Frailesca, hace al menos tres décadas se dejó de contar con apoyos como el precio de garantía, lo que impactó de forma negativa en la producción de maíz.
Rodolfo García Ruiz, ejidatario de Jesús María Garza, expuso que desde que el gobierno de Carlos Salinas quitó el precio de garantía, se vino abajo la cosecha de maíz en Villaflores, ya que desafortunadamente el ejidatario tenía créditos con Bancrisa (Banco de Crédito Rural del Istmo S. A.) y eso ayudaba a la economía.
Desde que se perdió el precio de garantía, los bancos retiraron los beneficios y el ejidatario se empezó a financiar solo, y cuando vieron que la siembra de maíz ya no era negocio, muchos emigraron de Villaflores.
Algunos de los productores que contaban con los recursos económicos suficientes se convirtieron en ganaderos, por lo que hoy se dedican a la producción de leche que le entregan a la empresa Nestle. Otros más hicieron negocios dedicados a la venta de quesos y demás productos derivados de la leche.
En los años 70 y 80 se logró obtener una producción tan buena que se ganó el premio denominado la “Mazorca de Oro”, pero se dejó de sembrar en al menos el 70 por ciento de las cinco mil hectáreas disponibles.
Para Chiapas ha sido un duro golpe haber pasado de ser uno de los principales productores de maíz, a comprar maíz extranjero, que muchas veces es de dudosa calidad.
En el caso de la UNTA, los afiliados, todos productores de granos, han dejado de sembrar. Tan sólo en esta organización se estarían perdiendo más de 20 mil hectáreas, siendo el factor decisivo la falta de inyección de recursos al campo.
García Ruiz, por otra parte, reconoció que en la actualidad con el precio de garantía que se otorga por parte del Gobierno Federal, muchas personas han vuelto a sembrar en sus tierras, ya que esto ayuda a apuntalar la economía del ejido.
Explicó que actualmente el precio de garantía es de cinco mil 600 pesos por tonelada de maíz, con una producción de tres a cuatro toneladas por hectárea y las ganancias son sólo la tercera parte de la inversión de forma anual.
Pero se debe tomar en cuenta que para levantar el campo se requiere de mucha inversión, una de las opciones que considera viable es el crédito para conseguir mejor equipamiento, como tractores a precios justos para trabajar de mejor manera las tierras.
Cultivo de maíz
Específicamente en el caso del maíz, uno de los cultivos más antiguos y emblemáticos en Chiapas y México, la entidad destacó como uno de los estados con más hectáreas dedicadas a su siembra para el ciclo otoño-invierno de 2019, a pesar de que disminuyó un 2.2 por ciento en comparación a la superficie sembrada en 2018, informó la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
Al realizar un comparativo, en 2011 se registró una producción de un millón 554 mil 368 toneladas de una superficie sembrada de 711 mil 199 hectáreas, esto alcanzó un valor de seis millones 225 mil 190 pesos.
Para el 2019, de acuerdo a los datos del SIAP, el estado alcanzó una producción de un millón 255 mil 420 toneladas de una superficie de siembra de 689 mil 167 hectáreas, lo que tuvo un valor económico de cuatro millones 786 mil 743 pesos.
Hasta el 2017, los municipios de Villaflores, Villa Corzo, Venustiano Carranza, La Concordia, Jiquipilas, Ocozocoautla, Chiapa de Corzo y Frontera Comalapa, producen juntos el 65 por ciento del total de la producción anual en el estado.
En el sistema de riego en Chiapas, se han cosechado siete mil 604 hectáreas con una producción de 12 mil 493 toneladas, con un promedio de rendimiento de una tonelada 643 kilos por hectárea cultivada.
La agricultura en Chiapas es básicamente de temporal, ya que de dos millones 477 mil 571 hectáreas de labor, el 97.6 por ciento se encuentra bajo esta modalidad y sólo el 2.4 por ciento presenta condiciones de riego.
Chiapas, Jalisco, Edomex, Veracruz y Puebla, que se caracterizaban por una alta producción de maíz, se han rezagado y en los últimos 10 años es el estado de Sinaloa quien abandera la productividad de maíz blanco, que es el que se utiliza para la industria de la tortilla.
Lo anterior ha provocado que la importación de maíz aumente, ya que la demanda alimentaria se ubica por encima de la oferta que tiene el país.
Café, la otra plantación afectada
La plantación de café se ha visto tradicionalmente afectada por plagas como la roya y broca, además de la falta de mano de obra y la reciente crisis de consumo por la falta de movilidad humana que se dio debido al confinamiento por el covid-19.
Los investigadores Walter López Báez, Itzel Castro Mendoza, Eileen Salinas Cruz, Roberto Reynoso Santos y Jaime López Martino han mencionado que la producción de café en Chiapas es una de las actividades productivas más importantes en términos económicos, sociales, culturales y ambientales.
El Instituto del Café en Chiapas afirma que se emplea de manera directa más de 180 mil familias para la producción y comercialización del aromático grano, colocando a la entidad en el primer lugar nacional en producción con el 35 % de la superficie sembrada y el 41 % de la producción nacional.
Respecto a las afectaciones por plagas, en el Campo Experimental “Rosario Izapa” del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), se mantiene el trabajo permanente para hacer frente a las plagas de la broca y la roya que han causado severas afectaciones a las plantaciones en la zona del Soconusco, la de mayor producción en México.
En plena pandemia, la Cooperativa de Campesinos Ecológicos de la Sierra Madre de Chiapas (Cesmach) detalló que las dificultades que han afrontado debido a las consecuencias económicas por el covid-19, les hizo reportar hasta un 70 por ciento menos de compra.
La gerente Silvia Roblero Torres añadió que ellos tenían planeado vender el 20 % de su producción a restaurantes, cafeterías y hoteles en México, pero esto ya no será posible debido a que sus ventas de café a cafeterías disminuyeron un 70 % y en los supermercados disminuyeron un 60 %.