“Actualmente el negocio de las tortillerías se encuentra lejos de ser tan redituable, debido al costo y mantenimiento que demanda su operación, aunado a la clandestinidad de la competencia desleal”, explicó Julio Montesinos, comerciante de la masa de la tortilla.
Con doce años de experiencia en el comercio de la tortilla, Julio César Montesinos manifestó que las ganancias que actualmente se generan por parte de estos negocios, solamente alcanzan para vivir al día.
Un costal de 20 kilogramos (kg) de harina de maíz de la marca Maseca, oscila entre los 190 y 210 pesos, diferencia de precios que reside en su calidad y rendimiento; si bien es cierto que cada costal rinde un aproximado de 40 a 42 kg, y la venta de estos genera una cantidad aproximada de 600 pesos, también es cierto que de esa cantidad se pagan todos los servicios que dan funcionamiento a la tortillería, indicó Montesinos.
Alrededor de 160 mil pesos es la inversión con la que puede iniciarse una tortillería, teniendo en cuenta los productos básicos, la harina, los tanques de gas y la maquinaria tortilladora.
Cabe destacar que una maquinaria tortilladora de la marca Rodotec tiene un precio mínimo de 80 mil pesos, por supuesto existen otras marcas como Tortec y Celorio que debido al nivel de producción y características de su equipo pueden costar de 130 a 140 mil pesos, indicó el industrial de la tortilla.
Montesinos recuerda que anteriormente una tortillería necesitaba de 3 a 4 toneladas diarias para dar servicio, hoy en día comprar una y media es suficiente, lo que demuestra la alta demanda que tuvo en los últimos años el negocio.
De tres a cuatro costales diarios son los que la tortillería de Montesinos usa, cada saco le rinde un aproximado de 40 a 42 kilogramos; y si todo los tortilleros respetaran el precio base que hoy es de 15 pesos, el negocio podría ser un poco más redituable, apuntó Montesinos.
El industrial de la tortilla indicó que las labores de una tortillería inician a las cinco de la mañana y terminan al rededor de las cuatro de la tarde, donde una despachadora con un sueldo de 700 pesos semanales y un maquinista que cobra al rededor de mil pesos semanales, son los encargados de vender de tres a cuatro costales diarios, dicho en otra cantidad cerca de 120 kilos de tortilla.
Se necesitan de 29 litros de agua por saco, a una temperatura de 25 a 35 grados, un amasado máximo de tres minutos, dando como resultado una tortilla con 18% de deshidratación y con un peso de 18 a 20 gramos, por lo que al rededor de 55 tortillas integran un kilogramo.
Montesinos explicó que dada las situaciones que los industriales de la tortillería atraviesan actualmente, se entiende que el gobierno hace caso omiso a las situaciones de clandestinidad en que operan algunos establecimientos, sin registros ni altas de ningún tipo, lo que genera una competencia desleal.
“El gobierno debería regularizar el precio de todas las tortillerías y motociclistas repartidores, ya se que fuese de 13 a 14 pesos todos, pero en Chiapas todos venden al precio que quieren, lo que golpea directamente a nosotros, los empresarios”, dijo Montesinos.
Requisitos para una tortillería
Por otro lado y en cuanto a los permisos necesarios para poner en marcha una tortillería, la Secretaría de Desarrollo Social municipal, manifestó que los requisitos indispensables para levantar este negocio son oficio de factibilidad de uso de piso, oficios extendidos por Protección Civil Municipal en el manejo y capacitación de la maquinaria y sus instalaciones, salubridad y el chequeo de la báscula por parte de Profeco, tramitado ante esta misma instancia. En cualquier caso el Municipio ofrece la lista de requisitos a cumplir.
En cuanto a los créditos que proporcionan las casas financieras en la capital, en su mayoría proporcionan una cantidad estándar de 5 a 20 mil pesos, con un interés mensual de 7.9% y con hasta 78 semanas de pago,se destaca que los requisitos para emprender este tipo de préstamos son la credencial de elector, comprobante de domicilio, cuatro referencias médicas, no aval y por supuesto que todo negocio esté dado de alta en Hacienda.
A lo anterior, Montesinos explicó que desafortunadamente los créditos que ofrecen las casas financieras, estos son armas de doble filo, si bien una inversión nueva al negocio puede levantarlo, los intereses que las financieras ofrecen terminan por lacerar el bolsillo de los industriales a largo plazo.