En un estado como Chiapas, donde abundan los ríos y cuerpos de agua, los efectos de los sismos son particularmente notorios en las áreas cercanas a estos. Así lo explicó la doctora Avith Mendoza Ponce, especialista en monitoreo vulcanológico y sismológico del Instituto de Investigación en Gestión de Riesgos y Cambio Climático (IIGERCC).
Según la experta, los suelos cercanos a ríos y lagos, al ser predominantemente arenosos o fangosos, amplifican las ondas sísmicas, lo que provoca que los movimientos telúricos se sientan con mayor intensidad en esas zonas. “Si se construye donde antes hubo un lago o cerca de un río, es necesario reforzar las viviendas porque las ondas sísmicas tienden a amplificarse”, señaló Mendoza Ponce.
La importancia de la planificación estructural
Para mitigar riesgos, la especialista subrayó la relevancia del trabajo conjunto entre ingenieros civiles y geólogos. Este equipo multidisciplinario debe analizar el tipo de suelo antes de construir, con el fin de diseñar edificaciones que puedan resistir los sismos. “En países como Japón, donde los sismos son frecuentes, sus edificios resisten porque hay una colaboración efectiva entre distintas disciplinas. Debemos seguir ese ejemplo para proteger vidas”, destacó.
Chiapas, vulnerable ante los sismos
Mendoza Ponce también recordó que Chiapas ocupa el cuarto lugar a nivel nacional en cantidad de sismos registrados. Sin embargo, la entidad enfrenta un reto importante: el número limitado de estaciones sismológicas. Mientras Oaxaca, que encabeza la lista, cuenta con 11 estaciones, Chiapas apenas dispone de cuatro.
“La falta de estaciones limita nuestra capacidad de monitoreo y análisis. Con mas estaciones, podríamos realizar estudios más precisos, crear modelos matemáticos y entender mejor la dinámica sísmica de la región”, enfatizó.
El papel de la geografía local
Con tantos ríos y cuerpos de agua en Chiapas, se requiere una atención especial para el diseño de estructuras en estas zonas. El suelo fácilmente deformable es un factor que complica la construcción de viviendas y edificios. Sin embargo, con tecnología y estrategias adecuadas, es posible mitigar riesgos y garantizar la seguridad de las comunidades.
“Los sismos son inevitables, pero sus consecuencias pueden minimizarse. Lo que necesitamos es planificación, inversión en infraestructura y más recursos para el monitoreo”, concluyó la doctora Mendoza Ponce.