Más de mil católicos de la diócesis de San Cristóbal realizaron este lunes una peregrinación en Chicomuselo para conmemorar el primer aniversario de la masacre de una familia de 11 personas, presuntamente a manos de miembros de organizaciones del crimen organizado que se disputan el territorio en esa zona de la Sierra del estado, fronteriza con Guatemala.
"Vivimos tiempos difíciles con mucho dolor, indignación e impotencia ante la realidad de la violencia que hemos sufrido y seguimos siendo víctimas. Desde hace muchos años venimos denunciando la oleada de injusticias, violaciones a nuestros derechos humanos y colectivos, el saqueo de material minero, y nunca fuimos escuchados", afirmaron en un documento leído al final de ceremonia religiosa, celebrada en el panteón del ejido Nuevo Morelia, donde se construyó una capilla, se colocaron fotografías y los nombres de las víctimas.
Agregaron que "nuestras voces fueron silenciadas por las armas, fuimos obligados a ponernos como barrera humana en los enfrentamientos entre grupos delictivos, fuimos golpeados por quienes debían garantizar la seguridad de nuestros pueblos, nos vimos en la necesidad de huir de nuestras comunidades para salvar nuestra vida, regresamos, no porque hubiera condiciones de seguridad garantizadas por el estado sino por el temor de perder nuestro patrimonio ante el saqueo y robo".
Encabezados por el obispo auxiliar, Luis Manuel López, los católicos realizaron ritos tradicionales, colocaron un altar maya con frutas y granos. Luego leyeron el documento firmado por la agrupación llamada Pueblo Creyente, perteneciente a la diócesis, en el que "nuestro corazón se duele por las víctimas inocentes masacradas en medio de la violencia, dolió y sigue doliendo el asesinato de nuestras hermanas y hermanos mártires de Nueva Morelia: Ignacio, Isidra, Teresita de Jesús, Rosalinda, Yojari Belén, Dolores, Alfonso, Azael, Urbano, Brandi y Joel".