Hombres vestidos de mujer, conocidos en la región como “negros” invadieron las calles de la ciudad de Teopisca este fin de semana, una centenaria tradición que aún se vive en la localidad.
Las afectaciones ocasionadas por el sismo de 8.2 grados del pasado 7 de septiembre, no afectó la tradición de los negros que por la noches de la novena de la Virgen de La Merced, bailan por las calles y avenidas de la Ciudad.
El “Baile de los negros y los diablos” es una de las tradiciones que el municipio de Teopisca conserva y que crece con el paso de los años y nuevas generaciones.
La danza es una tradición ancestral que se escenifica durante la novena de la Virgen de La Merced, cuyo día principal es el 24 de este mes para mostrar su devoción a la imagen milagrosa, que dice la historia, libera, consuela y protege a todos los que se encuentran privados de su libertad.
Este fin de semana se presentó con éxito uno de los grupos más numerosos, encabezado por Bonifacio Mondragón Esquivel, grupo que desde hace 21 años participa en esta celebración religiosa.
“Don Boni” como se le conoce en la ciudad, junto con otras personas, es uno de los promotores de esta tradición que cada día crece más.
El numeroso contingente de negros, tanto del centro como de los barrios y colonias de la ciudad, se disfrazó de graciosos personajes para bailar en las esquinas de la ciudad, acompañados de una banda de música local.
Desde las tres de la tarde las personas comienzan a llegar a un céntrico local de la ciudad para disfrazarse de personajes como el Guasón, los pitufos, Shrek, La Máscara, hasta el traje regional de las comunidades aledañas y el medio oriente.
Datos históricos indican que dicho bailable es una antigua tradición que data desde hace más de cien años.
Los negros en aquel entonces bailaban al compás del tambor y pito; en la escena no podía faltar el diablo (el mal), personaje que portaba una cadena en las manos, que azotaba sobre el piso.
En la danza los hombres se cubrían los rostros con cartón o se pintaban con tizne (hollín) para danzar por las calles de Teopisca, danza que era iluminada con hachones de ocote ya que no había luz eléctrica.
Es una bella tradición que está siendo fortalecida actualmente por los jóvenes, ya se disfrazan y portan cadenas como lo hacían sus antepasados”
Cabe señalar que en esta ocasión la celebración religiosa se lleva a cabo en los espacios del parque de San Sebastián ya que la iglesia de San Agustín, donde se encuentra la imagen religiosa, fue cerrada por los daños que presenta por el sismo de 8.2 grados ocurrido el pasado jueves 7 de este mes.