La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) resaltó la presencia e importancia cultural del árbol de copal para los estados del sur del país.
En náhuatl, copalli significa “que huele”, que tiene aroma. El uso del término es relativo, ya que se refiere tanto a las resinas aromáticas como a los diferentes árboles que las producen.
Por esto también se aplica a productos que no se obtienen de plantas pertenecientes al género Bursera, sino a resinas de otras plantas como el ocote, el liquidámbar y el copal pom de los mayas (Pro-tium copal). Los campesinos conocedores de sus recursos distinguen a los copales entre sí y de otras plantas que también producen resina.
Usos
En el mundo prehispánico el humo blanco estaba presente en toda ceremonia del calendario ritual, desde el nacimiento hasta la muerte, así como de la siembra a la cosecha; para los aztecas era el dios protector llamado Iztacteteo, el dios blanco asociado con la lluvia y la fertilidad.
En las ofrendas encontradas en diversos sitios aztecas y mayas, las esculturas hechas de resina evidencian una conexión simbólica entre el copal y el maíz. También la resina de copal fue usada como pegamento para incrustaciones dentarias de piedras preciosas, mosaicos de piedras, conchas y otros materiales en máscaras.
Esta se utilizaba para mezclarla con pigmentos y elaborar pinturas utilizadas en los murales; en la orfebrería se utilizó para moldear piezas de metal. Actualmente también se utiliza para reparar recipientes y como un sustituto del pegamento para armar instrumentos musicales de madera.
Además, las resinas de copal, consideradas de naturaleza caliente, frotadas o aspiradas a modo de infusión, ayudan a aliviar enfermedades respiratorias y enfriamientos, así como para la limpieza interior del cuerpo.
Restregando sus hojas se remedian dolores de cabeza; asimismo, con su resina se tratan picaduras de alacrán y los hongos en la piel. Los usos de los copales en el pasado son similares a los de hoy.
Los copales tienen usos documentados y también potenciales que se deben a sus propiedades adhesivas, analgésicas, expectorantes, antiespasmódicas y desinfectantes. También los aceites y resinas de copal son utilizados en aromaterapia y para producir varitas, cuya brasa humea y libera lentamente el aroma. Estos usos se deben a que sus aromas provocan respuestas fisiológicas asociadas a estímulos emocionales y el estado de ánimo.
Pese a tener avances importantes en cuanto a sus bondades, todavía se requiere estudiar estas resinas y sus posibles aplicaciones para innovar en la provisión de insumos y en su transformación en productos medicinales como repelentes de insectos, pegamentos, inciensos y perfumes.
Diversidad
Por su fino aroma es conocido también como xochicopal o linaloe, aunque botánicamente son distintas. Su distribución incluye las cuencas de los ríos Armería, Coahuayana y Coalcomán, en Michoacán, también en Jalisco y Colima, así como una pequeña población que crece en la cuenca del río Papagayo, en Guerrero.
Género Bursera
Las especies del género Bursera se agrupan en dos secciones. La primera, Bullockia, corresponde a los copales, arbustos y árboles pequeños de climas tropicales semiáridos, que suelen tener propiedades aromáticas. En la segunda sección, llamada también Bursera, se agrupan los mulatos, árboles altos del trópico húmedo, y los cuajiotes, arbustos y árboles pequeños de climas subhúmedos y semiáridos.
En general, las diversas especies Bursera florecen y producen retoños de hojas al llegar la lluvia, producen frutos y pierden sus hojas durante las secas. Las flores masculinas y femeninas suelen ser producidas en individuos diferentes y sus semillas estar cubiertas por una cutícula de color vivo que atrae a la fauna que las dispersa.