Recientemente en el municipio de Suchiapa, Chiapas, se hizo el anuncio de la celebración del Corpus Christi, festejo que se vive del 17 al 22 de junio, teniendo como día principal el jueves 19.
En este escenario, algunos artesanos que se dedican a la talla de madera comenzaron con antelación la fabricación de varias máscaras de tigre, la cual portan los participantes para la tradicional danza del Calalá.
Cultura y religiosidad
Este acervo fervoroso se caracteriza por su sincretismo cultural, colorido y religioso, que además se realiza 60 días despees del Domingo de Resurrección y constituye una de las tradiciones más importantes para los suchiapanecos.
Este jolgorio tiene como propósito rendir honor al Santísimo Sacramento del Altar, el cual se encuentra en la capilla que lleva el mismo nombre, la cual es adornada para recibir a cientos de familias y también visitantes que atestiguan este acto único en el estado.
Fervor, el origen
Habitantes coinciden que, a lo largo de los años, esta fiesta ancestral ha ido evolucionado hasta convertirse en una manifestación de sincretismo que une el fervor católico con costumbres antiguas de origen indígena.
Uno de los momentos más trascendentales es la danza del Nambusheli, un baile de origen prehispánico que originalmente se realizaba para ahuyentar el mal y atraer buenas cosechas.
Los danzantes portan coloridos y elaborados atuendos que representan figuras míticas y simbólicas como tigres (jaguares), chamulas, el gigante, Quetzalcóatl y el venado, cada uno con un significado particular dentro del imaginario local.
La leyenda fundacional de esta fiesta se remonta a un suceso ocurrido en la comunidad: un hombre llamado Lucano Toalá Gutiérrez encontró una hostia consagrada dentro de un árbol en un panal con miel, rodeada por abejas que, según los relatos, danzaban alrededor de ella. Este hecho extraordinario dió pie a la veneración del Santísimo Sacramento en Suchiapa, consolidando una devoción que perdura hasta nuestros días.