Corrida de Judas

Las calles del municipio de Berriozábal volvieron a vivir la tradicional quema del Judas, la cual había sido interrumpida por la pandemia. Tras dos años de ausencia, este Sábado Santo cientos de visitantes corrieron de nueva cuenta por las calles al Judas de trapo, montado en un toro Cebú.

Cada Jueves Santo, en distintos barrios del municipio aparecen colgados sobre postes los muñecos rellenos de totomoxtle, vestidos con ropa vieja y con una frase “chusca” en el pecho, representando a Judas, uno de los apóstoles que traicionó a Jesús.

Para la tradición cristiana, Judas representa la traición, es por ello que cada Sábado Santo se pasea un muñeco en señal de humillación y se le prende fuego, pues la costumbre popular dicta que cuando al traidor se le quema, el mal se va con él.

Esta costumbre se remonta a la España medieval, donde también se personificaba a un muñeco de paja y trapos, que luego recorría las calles al son de la música, para finalmente quemarlo.

Latinoamérica ha adoptado la celebración de la quema de Judas más difundida y enraizada, donde los barrios salen a relucir este acto en fechas de Semana Santa.

Berriozábal se ha convertido en un municipio que por años ha llevado a cabo la corrida de Judas, y esta celebración cobra mayor relevancia debido a la adrenalina y enjundia con la que se realiza esta actividad.