Neín Farrera, coordinador de Investigación, informó que se cumplen 10 años desde que un grupo de investigadores, estudiantes y miembros de algunas comunidades rurales desarrollaron una estufa pensada en las necesidades locales, con eficiencia energética y la intención de eliminar el humo de las cocinas para evitar enfermedades respiratorias.
En la investigación de este proyecto han participado estudiantes y académicos de la UVM; la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach); la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); y la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), además de asociaciones civiles como Energías Renovables y Desarrollo Sustentable (Erdes) y el “Foro Permanente de Ciencia, Tecnología e Innovación del Sureste A. C. (Forocyt).
Estas estufas se han probado en más de tres mil viviendas de diferentes localidades, con diversos climas y costumbres, todas con el beneficio de dejar el uso intensivo de la leña y el maíz como alimentación básica.
Detalló que este trabajo por su apoyo a las comunidades, su utilidad y funcionalidad, fue seleccionado por el Centro Mexicano para la Filantropía A. C. (Cemefi), para recibir el “Reconocimiento a las Mejores Prácticas Universitarias en la Promoción de Ciudadanía”.
Dicha distinción premia las acciones de las instituciones de educación superior encaminadas a promover la participación activa de su comunidad estudiantil y académica, logrando un impacto positivo no sólo en esta comunidad sino entre aquellos que reciben el beneficio de los programas.
“La estufa tiene un sistema de triple aislante térmico y uso de materiales locales, pero también, los inventores han tomado en cuenta la cocción de alimentos similar a la de fuego directo y un comal en el que quepan, además de las tortillas y otros aditamentos para cocinar”, explicó el investigador.
Añadió que algunas versiones de la estufa tienen diferentes componentes integrados tales como calentador de agua, ahumador, calefacción, horno y vaporizador, entre otros.
Para finalizar, desde 2010 se han implementado estufas ecológicas por parte de este grupo de trabajo, pero el último proyecto fue en la comunidad Francisco I. Madero, del municipio de Villa Corzo, Chiapas, en un Área Natural Protegida (ANP) denominada La Frailescana, entre abril y agosto del año 2019.