Familiares, amigos y ciudadanos de Teopisca, dieron el último adiós a don Porfirio Aguilar Cancino, mejor conocido como el “Varón Dandy”, hombre ilustre y reconocido peluquero de dicho pueblo.
Este personaje se distinguió por su trabajo, buen carácter y servicio altruista. Don Porfirio cortó el cabello por décadas a generaciones de habitantes de Teopisca, distinguiéndose por sus anécdotas, consejos, conocimientos en política, religión y la vida del pueblo.
Oficio o profesión
Con la profesión de peluquero, logro tener éxito, formar una familia honorable, siendo ese su más grande anhelo.
Don Porfirio Aguilar Cancino, nació en el municipio de Huixtán; a los ocho años quedó huérfano de padre y madre, por lo cual, un familiar le dio cobijo. Desde muy joven viajó a las fincas para trabajar en el campo hasta que aprendió el oficio de la peluquería.
Posteriormente, conoció a muchas personas que lo invitaron a viajar al municipio de Villaflores, donde instaló su peluquería obteniendo gran éxito.
Eran tantas las personas que acudían por la calidad de sus cortes que comenzó a tener problemas de salud, más con el calor de esa zona, por lo que decidió viajar a Teopisca. “Un lugar maravilloso por sus características y su gente, además por su clima”, según contaba a sus clientes.
Sus inicios
Comenzó rentando un local, como tuvo éxito, se hizo de una propiedad logrando ser en su momento el mejor peluquero en Teopisca.
El “Varón Dandy” se ganó el cariño de la gente, por sus consejos, sus anécdotas, sus comentarios y dichos. Amante de escuchar la radio. Todo el día tenía música, al grado de tener un aparato por cada estación. Admiraba el trabajo de los profesionales de la locución.
“Vienes bañado, sino no, no te corto el cabello porque vas a quitarle filo a mi navaja”, bromeaba a sus clientes.
“A dónde vayan, dejen siempre las puertas abiertas, no vaya a ser que regresen”, “Antes de cada comida hay que tomar un tequila para tener buena salud”, aconsejaba.
Horario de atención
Trabajaba únicamente de lunes a sábado, pues el domingo (el mejor día para un peluquero) “lo dedicaba a visitar personas enfermas, a quienes le cortaba el cabello sin cobrarles un solo peso”. “Hay que servir a nuestro prójimo” decía.
Don Porfirio falleció a los 89 años de edad, en su domicilio. Fue un hombre sano que cuidaba su salud, pero la muerte de su esposa y su avanzada edad le afectó, al grado de sufrir un marcado deterioro en su persona lo que lo llevó a la muerte.
Sus familiares, amigos y habitantes de Teopisca acudieron a la misa de cuerpo presente en el templo de San Agustín este jueves, posteriormente su cuerpo fue llevado a la capital del estado para su cremación como fue su deseo.