A mediados de noviembre culmina la temporada de hongos, un reino de gran variedad de colores, formas, tamaños, sabores y olores, que de acuerdo al investigador del Departamento de Ciencias de la Sustentabilidad en El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), José Ernesto Sánchez Vázquez, apenas se ha estudiado el 5 % de ellos.

En la revista científica Ecofronteras, el especialista detalla que los hongos constituyen un vasto reino de la naturaleza llamado Fungi.

“Su número de especies es inmenso en comparación con el de las plantas. Algunos son minúsculos y otros son más grandes; en Ecosur trabajamos especialmente con los macromicetos, es decir, los que se ven a simple vista”, expuso.

La vastedad de este reino es tanta que persiste la discrepancia, sin embargo, se calcula que existen alrededor de millón y medio de especies de hongos, si bien replicó que son solo estimaciones, ya que “a nivel mundial se ha estudiado acaso el 5 %, es decir, que se desconoce el 95 % y ni siquiera han sido reportados”.

Investigaciones

Expuso que en el Ecosur, en colaboración con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (Inifap), realizan un proyecto en el que se utilizan metabolitos de varios hongos comestibles para controlar las diarreas causadas por nematodos, parásitos que causan la muerte a borregos.

“Por otra parte, estudiamos el uso de metabolitos fúngicos, sobre todo los que crecen sobre la madera; cuentan con un tipo de enzimas llamadas ligninolíticas, que justamente degradan la lignina”, agregó.

La importancia de esto radica en que las moléculas de la lignina tienen similitud con las de compuestos tóxicos contaminantes, como fungicidas, insecticidas, herbicidas o contaminantes emergentes. Estos últimos son difíciles de degradar y usados en ácido acetilsalicílico (aspirina), la cafeína y los antiinflamatorios o medicamentos contra el dolor.

“Reiterando que la estructura de dichas sustancias es parecida a la lignina, entonces las enzimas de ciertos hongos podrían ayudar a descomponerlas y reducir su efecto contaminante”, explicó.

Por último, manifestó que el potencial que tienen los hongos es enorme, “afortunadamente el futuro es muy prometedor. Sin menospreciar su valor alimenticio, esperamos que se desarrollen nuevos fármacos, nuevos nutracéuticos, nuevos materiales sustitutos de piel, tela, papel y plástico, nanoestructuras para conservar energía”, concluyó.