Chenalhó es un municipio indígena tsotsil con más de 47 mil habitantes, y según datos de la Secretaría de Bienestar, en el informe anual sobre la “Situación de Pobreza y Rezago Social 2022” la totalidad de su población se encuentra en situación de marginación y alrededor de 26 mil 900 personas no tienen acceso al agua.
Con el propósito de que su voz sea escuchada y poder realizar gestiones e incidencias para solucionar la situación precaria de acceso al vital líquido de las poblaciones que habitan esta demarcación, representantes de patronatos de ocho localidades indígenas conformaron la Asociación de Patronatos de Agua del Municipio de Chenalhó (APAMCH).
Fue a través de un acuerdo comunitario con el que la asociación se comprometió a trabajar a favor de la vida de las niñas y niños, jóvenes y personas adultas mayores, así como de las mujeres que día a día luchan por tener el vital líquido en cada uno de los hogares; “el agua es parte de nuestra cultura e identidad y es nuestra vida”, indicaron en el acta.
Desafíos
Respecto a esta situación, la integrante del Círculo de Fortalecimiento Institucional de la asociación civil Cántaro Azul, Erika Ramírez, destacó que la mayor parte de las localidades enfrentan diversos problemas de acceso a abastecimiento y calidad del agua, por lo que “para resolver la situación han tenido que acudir al acarreo de fuentes lejanas, problemática que a corto y mediano plazo afecta la salud de la población”.
Erika Ramírez precisa que, de acuerdo con representantes de la nueva asociación, desde hace un par de años la presencia de Cántaro Azul en estas comunidades ha sido fundamental para trabajar en la búsqueda de soluciones de diversos problemas relacionados con el abasto y la calidad del agua.
Con ello han logrado un mejor abastecimiento mediante la captación de agua de lluvia, la rehabilitación de sistemas de agua entubada y trabajos en la mejora de la organización comunitaria.
No obstante, destacó que entre los retos se encuentra el que la figura del patronato de agua no es reconocida ante los Gobiernos Municipales, Estatales, ni Federales, lo que obstaculiza acciones de gestión o incidencia en agendas públicas, y por lo tanto, los patronatos no cuentan con los recursos suficientes, tanto económicos como técnicos, aunque sí reconocen sus propias capacidades como una organización estratégica para impulsar el avance del derecho al agua.