Las representaciones sociales entre las familias campesinas productoras de café expresan que “ir a la escuela es el único medio de acceso al desarrollo y bienestar”. Sin embargo, también hay una interpretación de exclusión social al ser la forma en que se “sale del campo”, explicó la maestra en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural, Ana Gabriela Nájera Guillén.
La investigadora del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), en la Unidad San Cristóbal, realizó la investigación titulada “La escolarización como utopía de bienestar: El caso de familias cafetaleras en Aldama, Chiapas”.
En el estudio a mención se interpreta que “el modelo desarrollista supone una paradoja tangible de inclusión y exclusión deliberada de grupos sociales rurales campesinos”. Al mismo tiempo, de manera simbólica e inadvertida la paradoja se plantea frente a la homogeneización social entre arraigo y desarraigo cultural.
En este trabajo se plantea que entre las familias campesinas productoras de café de San Pedro Cotzilnam, las representaciones sociales de la escuela se expresan como el único medio de acceso al desarrollo o bienestar, ya que se vinculan a la única posibilidad de salir del campo.
De manera que el desarrollo o bienestar entre las familias campesinas se interpreta como poder llegar a “ser” profesionista para poder dejar de “ser” campesino. Así, desde la pertenencia o identidad cultural se interpreta que “salir” del campo también significa la exclusión del núcleo social de procedencia, pero no necesariamente significa la integración al contexto social al que se migra.
Esta investigación es un esfuerzo por comprender cómo la dinámica de la movilidad social por motivos escolares modifica a las familias campesinas y analiza la construcción de una lógica del desarrollo ligada a representaciones sociales de la escolarización como si fuera el único puente de acceso.