Débora Alcatraz lucha para ser libre

Débora Alcatraz es una migrante hondureña que pertenece a la población LGBTTTI, es estilista y actualmente tiene su estancia en Tuxtla Gutiérrez, la capital de Chiapas en México; como ella, cientos han vivido discriminación y odio desde su país de origen hasta el de tránsito; cuenta parte de su paso por nuestro país y de qué manera está sobreviviendo.

Su nombre oficial -porque no le han querido cambiar su identidad- es Deyby Alexander Estrada Enamorado, y salió de su natal Honduras como sus miles de connacionales: tras sufrir por años violencia y pobreza, más agregados por su orientación sexual o condición de género: homofobia.

Parada bajo la sombra del palacio federal en la explanada del Parque Central de la capital chiapaneca, narra que su ingreso data desde enero de este año y está a la espera de sus documentos o visa humanitaria por parte del Instituto Nacional de Migración (Inami) y de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).

Tapachula es “muy caliente”

En Tapachula estuvo un mes pero tras tener un problema en el albergue, se vino para Tuxtla Gutiérrez, ya que la Perla del Soconusco es muy “caliente” y sostuvo que fue blanco de asaltos e intento de violación, entre otras vejaciones: “en vez de apoyarnos, nos corrieron del albergue”, dijo.

Ante esta situación, expresa que sería bueno que las leyes pudieran adecuar los albergues para que no los expongan y crear espacios especiales para este sector.

En cambio, a pesar de que siempre existe la homofobia, Débora señala que en Tuxtla Gutiérrez se sienten más seguras, ya que es más tranquilo, hay “gente más educada y más civilizada”.

“Sin embargo hay veces que me gritan mampo, que aunque no sabía qué era, no hacía caso y no me afecta de hecho, ya que provengo de otro país que está peor, ya estoy acostumbrada”.

Empleo temporal

De momento, trabaja en un programa que implementó el gobierno y fue contratada por el área de limpieza del Ayuntamiento capitalino, empleo por el cual recibe un pago de 2 mil 700 quincenales.

Señala que ya hizo su entrevista y falta que le den una resolución, pero por la crisis sanitaria del coronavirus todo fue retrasado, sin embargo, espera que les den sus documentos para poder conseguir otro trabajo en el Distrito Federal, en donde puede “ser más libre”.

Portando una indumentaria negra (camiseta, cubrebocas y gorra) y una cadena con una medalla de tijerita, Deyby sueña con cruzar la frontera, pero mientras espera visitar otros estados del suelo mexicano y con un trabajo como el de estilista que es su pasión.

Comenta que hay un grupo grande de la población LGBTTTI que está radicando actualmente en Tuxtla Gutiérrez: “somos 23, y vienen más de Tapachula, aquí nos estamos apoyando entre todas”.

Finalmente, agradeció al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados: “gracias a Acnur estoy aquí, nos han ayudado bastante, sino fuera por ellos, también no sé qué nos hubiera pasado”.