Las inundaciones que varias colonias de San Cristóbal de Las Casas sufrieron el pasado martes a causa de las lluvias se debieron, en parte, a que solo alrededor del 30 por ciento de la superficie tiene cubierta vegetal y el restante (70 por ciento) ya no tiene árboles, afirmó Antonino García, profesor e investigador de posgrado en Desarrollo Rural Regional de la Universidad Autónoma de Chapingo, con sede en San Cristóbal.
En entrevista agregó que “si no hay árboles y llueve como ha pasado hasta el momento, en dos o tres horas, ya no se retiene el agua, se va a los arroyos y ríos y se inundan las calles”, como sucedió el martes pasado.
Asolvamiento
Dijo que lo anterior provoca “un asolvamiento de ríos que no es otra cosa que un depósito de suelos en los afluentes, por lo que estos ya no tienen suficiente capacidad para llevar esa agua a su cauce, por lo que la ponen a la orilla donde están las colonias como La Isla, San Ramón, Fátima, la zona sur, etcétera”.
García remarcó: “La principal causa es la deforestación, que al final implica cambio climático; implica los mismos fenómenos del Niño y la Niña, períodos de fuertes sequías como el que tuvimos de enero a mayo, y luego las lluvias torrenciales de este mes que provocaron inundaciones en las partes bajas de la ciudad”.
Señaló que las fuertes corrientes provocan el arrastre de materiales como grava y arena en la zona norte que tiene fuertes pendientes, es decir, deslaves. “No solamente tenemos inundaciones con las fuertes lluvias, sino deslaves que se llevan casas y familias”.
En su opinión “es importante ver esos ciclos atípicos: fuertes sequías y cuando llueve de manera fuerte el agua se concentra en pocas horas, lo que hace hayan inundaciones y deslaves”.
Fisuras en el túnel
El investigador manifestó que toda el agua sale por el túnel de San Cristóbal, construido hace 50 años, pero este ya tiene alrededor de 110 fisuras. “La dinamita que se usó para construir la carretera de cuota que comunica a San Cristóbal con Tuxtla Gutiérrez movió esa montaña, los terremotos las mueven y cuando se perforó el túnel entre 1973 y 1975 el canal de cemento quedó volando porque a media montaña hay una gran caverna, por lo que se hizo solo con colado y varilla, sin un sostenimiento abajo”.
Comentó que “la tierra está viva y con movimientos, temblores y la misma vibración del agua cuando se llena con las fuertes lluvias se ocasionan las vibraciones internas, lo que va generando las fisuras”.
Si colapsara el túnel, dijo, “serían 600 hectáreas de San Cristóbal que quedarían inundadas. Llegaría hasta el templo de La Meced”, ubicado a tres cuadras del parque central. “Es decir, se irían al agua dos terceras partes de la ciudad”.
Afirmó que para arreglar esas grietas, se tendría que hacer una compostura de ingeniería a detalle para reforzar las partes afectadas con placas de acero, tornillos y enclaves dentro de la roca. “Eso sería una cuestión urgente que las autoridades municipales tendrían que gestionar con el Gobierno Federal, si no, San Cristóbal estará en riesgo”.
