Del diseño de moda al tatuaje

En sus obras el pulso es firme, con trazo pulcro y dotado de personalidad. La calidad es producto de la práctica, del estudio y la confianza, y de un sentido de la vista más capaz y desarrollado. Ahora el lienzo es la piel, la trascendencia, su destino. Brenda Nydia López López cuenta que a los dos años le fue mal suministrado un medicamento, el cual le causó una sordera profunda.

Brenda es tatuadora en el estudio Golden Tattoo. Para ella no hay imposibles, ya que años antes demostró que los diseñadores chiapanecos pueden competir en el mundo. “Participé en el Fashion Internacional View del 2003, y obtuve el primer lugar en la categoría Noche de Gala, la Influencia de Ives Saint Laurent”, recalcó.

Además de obtener el séptimo lugar en el concurso de ilustración, gracias a lo cual ganó un curso de diseño de modas y alta costura en la Paris American Academy; durante cuatro meses vivió en el Barrio 5 de esa ciudad, un lugar céntrico, a un paso de los monumentos y escuelas parisinas; relata que lo que más le impresionó fue ver en viva carne la Torre Eiffel.

El curso lo calificó como una experiencia de gran aprendizaje, pues le permitió conocer varias ciudades de alto arte, pues también ganó un viaje por toda Italia, además de conocer más personas e internacionalizar sus diseños.

La obra pictórica y plástica de Brenda es amplia, multifacética, experimenta con el color y la forma, el fondo o la idea está altamente marcada por una constante, el corazón, el cual dice es “porque pienso que soy sorda feliz”.

Brenda no habla lenguaje de señas mexicanas, se expresa de forma oral y sabe leer los labios, pues recibió cursos de expresión del lenguaje, por lo cual cursó en escuelas normales los niveles preescolar, primaria y secundaria; después decidió ingresar al Instituto de Diseño de Modas, donde cursó la carrera de diseñadora.

Desde los cuatro años se interesó por las artes plásticas y desde aquel momento no ha parado de crear, ya sea en pintura al óleo, acuarela, tinta china, gises al pastel, carboncillo, pintura textil. “Actualmente me gustaría desarrollar de modo más rápido mis habilidades en el dibujo y diseño, plasmando mi ideal en la piel.”

Sobre su entrada al mundo del tatuaje, relató que fue gracias a su hermana, quien “le metió la espinita” tras una temporada de soledad en la pandemia. Tomada la decisión, bromeando, expresó que el más sorprendido fue su papá.

Ya va un año en el arte del tatuaje, pero su concentración y experiencia se ve marcada en cada línea de sus diseños. “Cuando hice mi primer tatuaje me sentí muy emocionada y a la vez un poco nerviosa porque no quería que mi cliente tuviera dolor”.

“Antes de ser tatuadora, veía los tatuajes como un arte, algo muy bonito en la piel”, expresó, y a pesar de ello sólo tiene un tatuaje, el cual contó le dolió un poco al hacérselo. Sobre su desarrollo en el estudio, agregó que sus compañeros son muy amables y colaboradores, sintiendo un ambiente de hermandad y compañerismo.

El sentimiento y la emoción que marca su rostro al contar cómo percibió por primera vez un sonido después de un implante coclear, conmueve, fue el tic-toc de un reloj, el gotear de un lavabo de agua, el refrigerador y el crujir de las hojas secas, los sonidos que más la marcaron.

Sus diseños de moda han sido publicadas en portadas de revistas, sus ilustraciones han decorado páginas principales, también participó en un programa de revista en el Canal 10, realizando ilustraciones en vivo y en un suplemento del Cuarto Poder. Está reconocida como una de los seis grandes diseñadores de la moda.