Delitos contra la salud de sus hijos y lo que repercuta, denunció la madre de familia, Jenny Itzel, en contra de la docente Paloma Tamara “N”, quien dio de comer a sus menores un pastel que tenía marihuana, lo que les generó una intoxicación mayor. Exhorta a los padres a estar atentos sobre “quién meten a su casa”.
“Cuando regresé, ella se retiró, y al poco tiempo noté en mis hijos un comportamiento extraño. Le pregunté a mi hija si se sentía bien porque le vi los ojos rojos y llorosos y se reía; ella me respondió que le dolían las piernas y comenzó a llorar. Mi hijo se sentía de la misma manera, me dijeron que sentían resequedad en la garganta después de comer un pastel”, relata Tamara sobre la sintomatología que presentaron sus hijos el pasado 20 de diciembre de este año.
Ese fue el “comienzo de la pesadilla”, pues sus pequeños se pusieron muy mal de salud al consumir los “pasteles mágicos” que les dio Tamara “N”, su maestra de inglés. La madre de familia externó que contrató a la supuesta docente certificada de 23 años para que le diera clases particulares a sus hijos de 6 y 7 años de edad. Esta acudió durante tres meses sin que existiera algún inconveniente.
“No tuvimos problema alguno, lo que creó confianza en mí. Dejé de monitorearla, siendo un error del cual me arrepiento hoy. Nunca dejemos de estar al pendiente de nuestros hijos”, subrayó.
Versión de los hechos
El pasado 20 de diciembre, como de costumbre, la maestra de inglés llegó a su domicilio para darle seguimiento educativo a los infantes, y dada la confianza, la madre los dejó para acudir a una cita médica.
Después de la sintomatología, esta reclamó por tal situación, cuya docente en un principio negó saber qué contenía el pastel, sin embargo, después “ella me confesó que el pastel tenía marihuana, e inmediatamente me dirigí a la Fiscalía en espera de justicia”.
Las pruebas toxicológicas aplicadas a sus hijos “dieron positivo a marihuana”, por lo cual “el pastel que le dio la maestra a mis hijos contenía drogas”.
La Fiscalía Metropolitana intervino y accionó penalmente; ante ello, el juez de Control está por resolver la situación jurídica de la imputada en los próximos días.
“No solo es un delito contra la salud de menores, sino que puso en riesgo la vida de mis niños; bajo los efectos de lo que consumieron, ellos alucinaron, vomitaron y tuvieron comportamiento errático, que pudo causarles lesiones irreversibles”, declaró.