A un año y siete meses del terremoto del 7 de septiembre de 2017, un total de 24 aulas de la Escuela Secundaria “Valentín Gómez Farías” continúan inhabitables por los graves daños estructurales que registraron en el movimiento telúrico.
El vicepresidente del Comité de Padres de Familia, Marco Ramírez, denunció que son más de 700 alumnos los que se ven afectados por esta situación, al no poder recibir clases de manera regular, y cuando son citados por los docentes son hacinados en grupos de más de 35 por salón.
La problemática por la falta de infraestructura ha derivado en un alto ausentismo escolar, sumado a que varios alumnos se han cambiado a otros centros escolares, ya que esto afecta también su proceso de aprendizaje.
En entrevista, el padre de familia, declaró que los tres principales edificios de la escuela ya se consideran como “las ruinas de la Valentín”. Los tres tienen un dictamen de pérdida total, sin embargo, las autoridades educativas se han hecho de la vista gorda, quedando únicamente en promesas que no logran concretarse.
Por si fuera poco, en esta escuela existen problemas añejos por su ubicación, debido a un canal de aguas negras que le atraviesa, situación que todos los años se convierte en un problema sanitario en temporada de lluvias y de altas temperaturas, tanto que llega ha impedir las actividades escolares.
Marco Ramírez, dijo que pese a que la Comisión Nacional del Agua ha iniciado trabajos para colocar contenciones en el canal, la obra va a marchas forzadas, y temen que las lluvias lleguen antes de que logren finalizarla.
Cansados de acudir a instancias como el Instituto de Infraestructura Física Educativa y la Secretaría de Educación, añadió que han decido pedir ayuda directamente con la administración federal.
Menciona que ya han viajado en comisión a la Ciudad de México para hacer llegar al presidente Andrés Manuel López Obrador, la evidencia del abandono en el que la pasada administración estatal tiene a esta escuela.