Pobladores indígenas ch’oles del municipio de Salto de Agua denunciaron una serie de maltratos, humillaciones y actos de discriminación étnica que, aseguran, son prácticas cotidianas en el Hospital Básico Comunitario del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), dirigido por la doctora Susana Ivette Morales Magdaleno.
De acuerdo con los denunciantes, el trato despótico y clasista por parte de la directiva y algunos empleados del nosocomio ha convertido un derecho fundamental, como es el acceso a la salud, en un calvario para los derechohabientes, en su mayoría trabajadores de ranchos y fincas aledañas y sus familias.
Señalaron que las puertas del hospital permanecen sistemáticamente cerradas. Los afectados explican que, según les han informado, esta medida busca “impedir que la indiada ensucie el área de recepción”.
Esta situación obliga a los pacientes, entre ellos mujeres con niños enfermos de gravedad, a esperar a la intemperie o refugiarse bajo los aleros de casas cercanas, protegiendo a sus pequeños de la lluvia permanente de la zona con sus propios cuerpos o con bolsas de plástico.
La denuncia identifica a Jesús Méndez Martínez, camillero del hospital, como la persona a quien la doctora Morales Magdaleno ha delegado la responsabilidad de decidir quién puede o no ingresar al centro de salud.
Lo acusaron de actuar con violencia verbal y de no escatimar insultos hacia quienes buscan auxilio médico. El contexto de pobreza y falta de vigilancia médica adecuada en la región agrava la situación.












