María Claudia Gómez Ruiz, derechohabiente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), señaló que luego de una negligencia médica por un tumor cancerígeno estuviera a punto de quitarle la vida, ahora está luchando contra el burocratismo y la falta de sensibilidad por parte de este sector, quien le ha negado el apoyo para darle seguimiento a este terrible mal que no se ha erradicado complemente de su cuerpo.
Relató que desde el 2017 acudió a una clínica para que la trataran por un sangrado intenso, el cual le ocurría cada 20 días, y al sospechar que podía tratarse de algo grave, solicitó los estudios correspondientes, situación que no ocurrió y al paso del tiempo se le detectó un tumor maligno de 20 kilos.
Después de dos años de mucho batallar y tras una denuncia en medios de comunicación para dar a conocer su situación y así exponer la falta de especialistas en el hospital “5 de Mayo” -donde tampoco había medicamentos-, fue enviada a la Ciudad de México para que le extirparan el tumor cancerígeno.
Hechos
“En el IMSS 5 de Mayo no me diagnosticaron bien, me inyectaban para calmar el sangrado, y dos años después tuve una consecuencia muy grave, ya que después de la operación quedé con secuelas graves; mi vida ha estado en riesgo en diferentes ocasiones y lo peor es que el médico, que no hizo bien su trabajo, sigue laborando como si nada, atendiendo a los derechohabientes”, lamentó.
Pero esto no ha sido lo peor, pues como si se tratase de una terrible pesadilla el cáncer ha regresado, y tanto el apoyo médico como las facilidades para que reciba su tratamiento en la Ciudad de México, le han sido negados sin argumento alguno.
El IMSS no le ha proporcionado el apoyo para viajar a pesar de que es una madre soltera trabajadora; sin embargo, lo peor es la falta de sensibilidad por parte del personal del instituto que se ha atrevido a decir que “no tiene nada”.
“Primero viajaba cada mes, después cada tres, ahora viajo cada seis meses y en ese tiempo acabé mis ahorros, traspasé mi departamento porque ellos únicamente pagan el transporte y se niegan a pagarme los viáticos con el argumento de que por ser trabajadora de Gobierno del Estado no tengo derecho a ellos”, lamentó.
Con el temor fundado de que su estado de salud vaya en decadencia, hace un llamado para que su caso sea atendido. Este mismo lunes se plantó en la entrada del Palacio Nacional con la intención de que su voz sea escuchada, y advierte que no desistirá, pues se trata de su propia existencia.