Un estudio realizado por la doctora en urbanismo, Elsa Patricia Chavelas Reyes, académica de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro), propone un modelo innovador para identificar localidades semirrurales en Chiapas con potencial de desarrollo, con el fin de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes y promover un crecimiento regional equilibrado.
La investigación -que es parte de un proyecto doctoral en urbanismo- analizó las 123 comunidades y destacó que 12 de ellas, como Chicoasén, Ixtapa y Bochil, cuentan con características clave para convertirse en nodos estratégicos dentro de un sistema urbano-rural.
Chiapas, un estado con el 51 % de su población asentada en zonas rurales y altos índices de marginación y pobreza, enfrenta desafíos como la dispersión de comunidades, falta de infraestructura y vulnerabilidad ambiental.
El modelo propuesto, denominado Potencial de Desarrollo de las Localidades Semirrurales (PDLS), evalúa cuatro dimensiones: territorial, dimensión económica, sociocultural y ambiental.
Mediante sistemas de información geográfica y análisis estadístico se identificaron localidades con mejor desempeño en estas variables. Las 12 comunidades de “alto potencial” se ubican cerca de ciudades como Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de Las Casas, lo que facilita su acceso a servicios y oportunidades económicas.
El estudio hace un análisis a proyectos como las Ciudades Rurales Sustentables en Chiapas, impulsadas en administraciones pasadas, por excluir a la población en su diseño y no lograr impactos significativos.
“La planeación debe ser participativa y respetar la identidad cultural”, señala Chavelas Reyes; además, resalta la urgencia de políticas públicas que integren lo urbano y rural en lugar de favorecer solo a las ciudades.
Las localidades semirrurales con alto potencial podrían funcionar como enlaces para llevar servicios básicos, educación y empleo a zonas más aisladas, reduciendo la migración hacia las urbes.
Sin embargo, el reto está en garantizar inversiones en infraestructura vial, conectividad digital y proyectos productivos sostenibles, respetando el entorno natural y las tradiciones indígenas.
La doctora concluye que “Chiapas necesita un enfoque territorial inclusivo. Estas comunidades no son solo un puente entre lo urbano y lo rural, sino actores clave para un desarrollo regional justo”.