Desde niña supe que quería ser tatuadora: Circe
En la actualidad hay más estudios de tatuajes en donde se ha otorgado el espacio a tatuadoras. Carlos López / CP

Pertenecer a una familia que apoya y vive del arte marcó el camino de Circe Zarco y el gusto por las artes visuales.

La habilidad para diseñar, dibujar y pintar comenzó desde su niñez. Desde que iba en la primaria ya sabía que quería ser tatuadora y nadie le quitó ese sueño, hasta que lo consiguió.

Pese a que estudió Artes Visuales asegura que lo que aprendió ahí es totalmente diferente al campo laboral donde ha aprendido mucho más de lo que pensaba.

Desde hace siete años vive de su arte: diseño y aplicación de tatuajes. Actualmente pertenece al estudio Culturas Tattoo, en donde asegura que se siente feliz de poder colaborar con su trabajo.

Cuenta que en la actualidad hay más estudios de tatuajes en donde se ha otorgado el espacio a tatuadoras, lugares que por muchos años fueron dominados por hombres, y ahora se va “equilibrando la balanza”.

Esta apertura al talento femenino ha propiciado a crear un ambiente seguro y de respeto, tanto para las tatuadoras como para las clientas.

Aunque asiente que aún hay espacios en donde se debe trabajar para crear este entorno seguro para mujeres, espera que en Tuxtla se vaya dando rápido.

“El que haya más acceso a las mujeres da otra perspectiva a los tatuajes; nuevos estilo, nuevas bases, colores, un tipo de arte nuevo”, asegura.

Para ella es importante crear una red de apoyo entre mujeres que quieran dedicarse a ser tatuadoras, porque para muchas el iniciar en esta profesión suele ser complicado, y esto orientaría al talento femenino.

“Debemos unirnos entre morritas que nos guste tatuar. Impartir la presencia femenina en el arte es importante y necesario para dejar huella”, puntualizó.