Tras nueve años y cinco meses de vivir en un campamento provisional, catorce familias del ejido Puebla, municipio de Chenalhó, a las puertas del Palacio de Gobierno, alzaron la voz para exigir al Estado una solución definitiva a su desplazamiento forzado.
Aracely Cruz López, vocera de las familias, denunció que viven un histórico abandono institucional y la falta de voluntad política para atender su demanda principal, una reubicación digna, segura y definitiva.
Las familias, actualmente refugiadas en un campamento en San Cristóbal de Las Casas, han solicitado formalmente que su reubicación sea en el mismo terreno que ocupan, ya que cuenta con servicios básicos como luz eléctrica, drenaje, agua potable, educación y acceso a la salud.
Sin embargo, su petición ha sido ignorada. Según denunciaron, el coordinador de asesores de la Secretaría General de Gobierno, Jorge Humberto Molina Gómez, se ha limitado a argumentar que la Dirección de Patrimonio del Estado no puede ceder el terreno porque no tiene el mismo valor económico que las tierras que poseían en su comunidad y, supuestamente, para “no romper con su cultura y tradiciones indígenas”.
Discriminación
“Decir que no quiere romper con nuestra cultura es una expresión discriminatoria, pues implica que por ser indígenas no tenemos derecho a vivir en una ciudad, aún siendo víctimas de desplazamiento forzado. Fuimos desplazados por la fuerza por un grupo armado que nunca fue desarticulado. Nuestra cultura ya fue interrumpida en el momento mismo de nuestro desplazamiento”, afirmó la vocera.
Frente al estancamiento, las 14 familias anunciaron que han retomado la comunicación con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de la cual poseen una medida cautelar (361/2017) desde 2017, para solicitar su intervención y acompañamiento.
“Nuestra exigencia es dejar de sufrir, reconstruir nuestras vidas y vivir con dignidad y seguridad”, finalizó Cruz López, haciendo un llamado a la sociedad civil, organizaciones de derechos humanos y medios de comunicación a no olvidar su lucha.












