Detectan delitos en el Cañón del Sumidero

Derivado de la pandemia del Covid-19 y de las restricciones que se establecieron para el ingreso de personas a zonas protegidas, personal del Cañón del Sumidero detectó el incremento de delitos ambientales en la zona, debido a que notaron el ingreso de algunos ciudadanos que están dañando la flora y fauna que distingue a este lugar, puntualizó Roberto Escalante López, director de la reserva natural. 

No obstante, dijo que para atender esta problemática se reunieron los representantes de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), de la Secretaría de la Marina, de Capitanía de Puerto y de instituciones de seguridad, donde se acordó una agenda de trabajo para fortalecer los recorridos de vigilancia en toda la zona navegable.

Vigilancia preventiva

Escalante López puntualizó que los ilícitos fueron localizados muy cerca de la ribera del río, particularmente en espacios pegados a Chiapa de Corzo y Tuxtla Gutiérrez, situación que obliga a las autoridades a actuar en consecuencia no sólo para sancionar a las personas que comentan delitos ambientales, también para hacer vigilancia preventiva.

Este lugar tiene una extensión de 21 mil 789.41 hectáreas y es hogar de especies endémicas como la salamandra lengua hongueada occidental, los sapos jaspeado y marmoleado, el murciélago, la mojarra de Chiapa de Corzo, el maguey, la palma, camedor despeinado, el puercoespín tropical, la culebra perico gargantilla, el colorín pecho naranja, vetridorado y azulrosa.

Se le suman el ratón de mesa, montero negruzco, el ratón chiapaneco, el encino enano, la culebra parchada del Pacífico, la matorralera, la lagartija espinosa chiapaneca, el roño de árbol, la lagaria-escamosa castaño, la encinela de selva, entre otras.

Debido a que el parque nacional tiene varios accesos, explicó Escalante López, se complica tener un control de todas las entradas, por eso es fundamental hacer recorridos para evitar que la ciudadanía haga un aprovechamiento ilegal de las especies que están dentro de ese territorio y bajo alguna categoría de riesgo de desaparición.

Otro acuerdo alcanzado entre las instituciones fue la construcción de una estrategia para aminorar el impacto que está generando la pesca y la cacería ilegal que, en estas fechas, han tenido un repunte. Las acciones ilícitas de la población traen otros daños colaterales; por ejemplo, las fogatas que se hacen pueden terminar en incendios forestales. 

Aunado a que las personas bajan a la reserva para hacer cacería de formal ilegal o que pescan sin ningún tipo de regulación, en la reserva también destruyen zonas que funcionan como nidos para especies que se mantienen bajo protección, como son los cocodrilos.

Flora afectada

El director del Parque Nacional Cañón del Sumidero explicó que la ciudadanía que acude al lugar para cometer delitos ambientales lleva perros, dichos animales también causan daños con la biodiversidad o provocan otras afectaciones a la flora local.

Sobre la situación que resguarda la reserva, a 40 años de la declaratoria de protección y conservación, Escalante López aseguró que el lugar mantiene una “salud ambiental” que es positiva y que, pese a los daños que se han registrado, la vida silvestre y la biodiversidad observada muestran las buenas condiciones del lugar.

Finalmente, comentó que todo el personal del parque recibió la capacitación básica para atender el tema de la pandemia, sumado a los trabajos que se están haciendo para controlar los incendios, regular las actividades turísticas y el cumplimiento de todas las normas que han indicado las autoridades sanitarias.