En México, el Día del Estudiante se celebra el 23 de mayo para conmemorar una serie de acontecimientos que tuvieron lugar hace casi 100 años, con precisión en 1929, el cual marcó un antes y un después en la historia de la educación del país. Fue un movimiento estudiantil que exigía la autonomía de la Universidad Nacional de México, hoy la UNAM.
En esa época la UNAM no contaba con autonomía, ya que la conformación de su organización interna, como la designación del rector, por ejemplo, debía ser nombrado por el presidente de la República, además de que el ministro de Instrucción Pública era el jefe de la universidad.
De acuerdo a la docente investigadora de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), Marilú Camacho López, desde aquel entonces el entorno ha cambiado completamente, las posibilidades para estudiar y la calidad del sistema educativo.
El Día del Estudiante es una fecha que celebra el acto de estudiar y la importancia que tienen los jóvenes en el desarrollo y progreso de la nación. Además, es un recordatorio de la lucha en pro de una educación más abierta y participativa.
En una entrevista la doctora nos platicó los siguientes aspectos:
—¿Cómo era ser estudiante hace algunas décadas?
—En la época neoliberal los estudiantes, sobre todo del nivel superior, eran criminalizados, perseguidos por sus ideologías, por sus peticiones y propuestas, no eran bien vistos, principalmente cuando pretendían organizarse para luchar por sus derechos, como ocurrió en 1929.
Hace 40 o 50 años era muy complicado para el mexicano promedio poder estudiar por varias razones, una de ellas era la escasa infraestructura. No se contaba con todos los servicios, medios y herramientas que ahora están a disposición de los estudiantes, como las tecnologías.
—¿Hoy día existen más apoyos para que los niños y jóvenes puedan seguir estudiando?
—Hay que destacar que los niños, adolescentes y jóvenes están en la agenda del gobierno, sobre todo el presente, que ha implementado una serie de programas de apoyo para los estudiantes, desde educación inicial, básica, hasta el nivel superior. Todos reciben una beca para poder seguir estudiando.
Anteriormente, aunque existían programas educativos, estos eran muy limitados, muchos eran excluidos y no había igualdad, por lo que muchos tenían que dejar sus estudios para trabajar y ayudar en su casa.
—Como estudiantes, ¿los niños, adolescentes y jóvenes también tienen derechos?
—Por supuesto que sí, toda su actividad está regulada en leyes generales que los reconocen como sujetos de derechos. Se han dado importantes avances en materia jurídica, por ello tienen libertad de asociación y de expresión. Les da la posibilidad a los jóvenes que se expresen y que sean incluidos con el respaldo de su institución.
—Sobre la enseñanza-aprendizaje, ¿considera que todos aprendemos de la misma forma?
—No, los estudiantes tienen distintos tipos de aprendizaje, unos son más auditivos, otros visuales, otros son más hiperactivos, por lo tanto, también hay diferentes estilos de enseñanza que los profesores deben emplear y adecuar en el desarrollo de sus contenidos curriculares.
Es importante que los maestros sepan desarrollar sus programas curriculares, a manera de que cuando los estudiantes egresen sean competitivos en el campo laboral, no sólo en lo cognitivo, sino también en el desarrollo de su personalidad y sus competencias.
—¿Qué papel juegan los docentes en la formación de estudiantes?
—Es muy importante la orientación educativa para formar a los próximos profesionales, para que tengan las competencias necesarias y así puedan ejercer la carrera que hayan estudiado, y tengan también una visión emprendedora para innovar.