Difícil erradicar pirotecnia de las celebraciones

Mariana Zavaleta Palacios, licenciada y maestrante en Ciencias de la Tierra por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), consideró será difícil erradicar la tradición de utilizar la pirotecnia en las celebraciones, no obstante, ya se encuentran alternativas más amigables con el medio ambiente.

La especialista reflexionó acerca de la cantidad de partículas dañinas que se desprenden por el uso masivo de pirotecnia en celebraciones como navidad o año nuevo, entre ellos gripa, tos o asma.

Afectaciones

También la biodiversidad se ve afectada. Por una parte, los animales pueden ser alterados por el sonido y la luz podría llegar a desorientarlos. Por otra, la flora también enfrentaría algunas consecuencias con la presencia de un posible incendio provocado por una chispa.

“Por ejemplo, las aves se pueden desorientar con el ruido y no saben a dónde ir, por lo que afecta a su migración o el hallazgo de comida. Es necesario reconocer que de alguna manera nos ayudan a reducir los contaminantes y también nos proporcionan oxígeno”, dijo.

Zavaleta rescató alternativas de otros países los cuales ya utilizan drones y espectáculos de luces, esto con el fin de no abonar a las consecuencias del cambio climático. Hay que evaluar y ser consientes, qué es lo que nos conviene a nosotros un par de segundos de un espectáculo visual o bien vivir con una calidad de aire considerada durante varios meses.

También habló sobre la experimentación de fuegos artificiales concentrados, es decir, una especie de artefacto el cual mantiene la misma dinámica pero reducida en emisiones contaminantes. Dicho invento se mantiene en diferentes fases de estudio, no obstante, se vislumbra podría ser prometedor.

Aumento visible

La Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn) mantiene un Sistema de Monitoreo de la Calidad del Aire del Estado, en su estación Centro se identifica la calidad del aire en la zona metropolitana; donde son notorios los aumentos en las partículas PM2,5.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido recientemente en sus nuevos Valores Guía la recomendación de utilizar como indicador de la concentración de partículas materiales en el aire los valores de las partículas de diámetro inferior a 2,5 micras, PM2,5, frente a los valores utilizados hasta ahora de las partículas de diámetro inferior a 10 micras, PM10.

Según la organización “Ecologistas en acción”, el material particulado respirable presente en la atmósfera de las ciudades en forma sólida o líquida (polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento y polen, entre otras) se puede dividir, según su tamaño, en dos grupos principales. A las de diámetro aerodinámico igual o inferior a los 10 m o 10 micrómetros (1 m corresponde a la milésima parte de un milímetro) se las denomina PM10 y a la fracción respirable más pequeña, PM2,5. Estas últimas están constituidas por aquellas partículas de diámetro aerodinámico inferior o igual a los 2,5 micrómetros, es decir, son 100 veces más delgadas que un cabello humano.