Chiapas ha sido catalogado como un estado olvidado, atrasado en materia de educación. Pese a ello, han surgido grandes hombres y mujeres docentes que han luchado, impulsado este rubro, además han dejado su vida en las aulas y sembrado la semilla del conocimiento trascendiendo en el tiempo.
Luz del Carmen Arévalo Oliva, docente jubilada de 78 años de edad, ha sido un pilar en la educación secundaria en la capital y en el estado.
Docente por vocación y formación egresada en la capital de la Escuela de Estudios Superiores, fue pieza clave en la creación de la Escuela Secundaria Federalizada Adolfo López Mateos, la cual acaba de cumplir 60 años de fundación.
Los grandes docentes de Tuxtla
Luz del Carmen dio a conocer que la secundaria López Mateos ha tenido excelentes maestros, entre ellos Luis Alaminos, Martha de Alaminos y Arturo Arévalo Vázquez (su padre).
Su padre no era maestro, era abogado, pero en ese entonces todos los maestros eran los profesionistas de la época porque no había maestros especializados; es decir, el médico daba biología, física, química; el ingeniero daba matemáticas y así todos los maestros.
“A mí me llamaron de una manera tan casual, porque yo había llevado por años clases de inglés de manera particular; entonces yo así comencé dando esa materia. Mi padre ya era maestro de la escuela José Emilio Grajales y después comenzó como maestro en la López Mateos”, manifestó.
Cómo se fundó la secundaria López Mateos
Fue a principios de la década de los 60 cuando un día llegó el maestro Guillermo Sánchez Cano. “Nos llegó a decir que se iba a fundar una escuela secundaria federal acá en Tuxtla Gutiérrez, porque no había”, narró.
Fue en ese momento que la escuela ya estaba formada y los maestros laborando; sin embargo, no contaban con un espacio propio.
En ese entonces que el grupo de maestros, incluida la maestra Luz del Carmen, con mucho entusiasmo redactaron una carta para enviarla directamente al entonces presidente de la República, Adolfo López Mateos, en la recta final de su administración para que les otorgara el espacio donde se edificaría la escuela.
“Grande fue nuestra sorpresa cuando recibimos la respuesta del mismo presidente de la República, respondiendo que daría todo el apoyo, pero teníamos que buscar nosotros el terreno para construir la escuela. Fue una gran emoción para nosotros y nos dimos a la tarea de buscar un predio”, comentó.
De esta manera, ubicaron el terreno donde actualmente se localiza la institución, el cual abarca una manzana completa, en la 3a y 4a Sur, entre 8a y 9a Poniente, el cual era un campo donde se jugaba futbol de manera ocasional.
Una vez con el terreno, comenzó la construcción de la escuela, hasta que en 1964 quedaría lista, aunque faltaba ponerle un nombre.
“Entre los maestros acordamos que la escuela se llamara Adolfo López Mateos, en honor al que nosotros consideramos el mejor presidente de México, y así quedó el nombre”, indicó.
Una gran experiencia
Desafortunadamente el presiente Adolfo López Mateos no pudo acudir a la inauguración. “Fue el presidente Gustavo Díaz quien acudió a la inauguración de la escuela. Pero lo más emocionante fue que me eligieron para entregarle un precioso ramo de flores al presidente, fue una experiencia inolvidable”, expresó la docente.
El evento fue una gran fiesta. La escuela fue adornada con plantas hermosas de las cuales la maestra “Lulú” pudo conseguir dos en donación.
Una fecha memorable para esta generación de maestros y alumnos fue el 4 de marzo de 1964, el primer día de clases en el nuevo edificio de la Escuela Secundaria Adolfo López Mateos.
La destacada maestra impartió clases en dos etapas en esta institución, poniendo todo el empeño con su formación en el centro del país.
En el marco del Día del Maestro, la destacada docente tuxtleca recordó a los maestros de antaño, los que enseñaban y dejaban el alma en las escuelas, los formadores de grandes profesionistas, los que eran respetados en su entorno por las aportaciones que hacían a su estado, los maestros que lucharon por las bases la educación de Chiapas.