Don Jacinto, tras 50 años de peregrino

Han sido 50 años consecutivos los que Jacinto de la Cruz Gómez ha brindado de su vida para peregrinar los aproximadamente 110 kilómetros que distancian al municipio de Revolución con Tuxtla Gutiérrez, un acto de fe que realiza año con año.

Tras haber comenzado su andar desde el pasado viernes 9 de diciembre, don Jacinto arriba a Tuxtla Gutiérrez apenas sudado, su rostro no muestra cansancio, al contrario se nota sereno y feliz, no es para menos, ayer cumplió 50 años de ser peregrino.

“Hoy estoy cumpliendo 50 años de ser peregrino, comencé desde que tenía 13 años y hoy nos seguimos encontrando aquí. Siempre he sido guadalupano, además, las veces que le he pedido a la virgen por mis enfermos me ha sacado adelante”, enfatizó Jacinto de la Cruz.

De la Cruz Gómez puede presumir de haber pertenecido a la primera generación de peregrinos pertenecientes a Revolución y que marcharon hacia la ciudad capital; antes solamente el poblado de Villaflores realizaba esta prueba de fe que dura tres días, los cuales también caminó don Jacinto.

Él recuerda que fue un señor llamado Porfirio Camacho quien los invitó a unirse por primera vez a la peregrinación de Villaflores, Jacinto Gómez apenas contaba con 13 años de edad. Aquellos que también cuentan con 50 años de peregrinaje desafortunadamente ya no viven para contarlo, por lo tanto don Jacinto es una leyenda viva.

Fue así que De la Cruz Gómez junto a otros pobladores convocaron y organizaron a miles de habitantes de su municipio para realizar la primera generación de peregrinos en la década de los setenta.

Cabe destacar que la marcha de Revolución recorre aproximadamente 20 kilómetros más que su homóloga de Villaflores. Para Jacinto la parte más peligrosa de la peregrinación es el trayecto del crucero de la Limas hasta la ribera de Cupía, por ser el tramo carretero más angosto del recorrido.

“Los hermanos que habían cumplido los 50 años de andar y los que aún lo cumplirían se nos han adelantado. Considero que la Virgen de Guadalupe es la madre de todos los mexicanos, cada año le pido salud y paz para todos”, finalizó uno de los peregrinos más antiguos en esta acción de fe.

Por su parte, Leticia Pérez Alegría, con 33 años de peregrinaje, señaló que cada año conmemorativo es para ella como si fuese el primero, los alrededor de 90 kilómetros recorridos año con año no le pesan hoy en día.

Su grupo creyente sale del poblado Julián Grajales, ubicado a escasos 15 minutos del municipio del Parral; se trata de una agrupación mayoritariamente compuesto por mujeres, todas portan prendas tradicionales zoques.

“Nuestra vestimenta es de arraigo zoque, que representan a las chiapanecas nacidas en la zonas zoques y con el pañuelo rojo nos identificamos todas porque para mí significa que venimos a ver a la virgen”, comentó Pérez Alegría.

Y es que el atuendo típico de la peregrinas consta de una falda larga color gris, blusa blanca con bordados tradicionales del estado y el característico pañuelo rojo sobre la cabeza de cada una de ellas.