La celebración de Todos los Santos y Fieles Difuntos, el 1 y 2 de noviembre, respectivamente, se rodea de un sinfín de elementos que la hacen única. Cada cultura realiza sus propios rituales que se han transmitido de generación en generación y que hoy día se conservan entre muchas familias.
El señor Jesús Chacón Juárez, a sus 71 años, ha conservado varias tradiciones que vivió desde niño junto a sus padres, de origen zoque, compartiéndolas al paso de los años con toda su familia.
Un claro ejemplo es la celebración de los fieles difuntos, cuando elaboran coronas con flores de temporada para adornar las tumbas de sus muertos, como una forma de honrarlos cuando los visitan en el panteón el 2 de noviembre.
Cuenta que desde niño veía que su madre se sentaba a hacerlas toda la tarde del 1 de noviembre. Cortaba las flores al tamaño necesario, previamente elaboraba los aros con bejucos, una planta con ramas delgadas y muy largas, y que por varias horas permanecía sentada en el piso, haciendo las coronas.
Fue así que su madre le enseñó a elaborar las coronas florales para esta celebración anual. Se trata de todo un ritual que involucra a toda la familia, desde que lo compartía con su madre hasta que formó su propia familia y siguió realizándola junto a ellos.
Tradición siempre viva
Ni un solo año ha dejado a un lado esta tradición. Siempre se prepara con flor de seda, cempasúchil, flor de lechita y siempreviva, cuyos colores morado, naranja y blanco son propios de la temporada, para darle vistosidad a las coronas. Hace entre 10 y 12 coronas junto a dos de sus hijos, los mayores.
Tardan alrededor de seis horas, porque a la vez platican, conviven, comparten alimentos y reciben a los niños que salen a las calles a pedir “calabacita, tía”. También se involucran su esposa, sus nietos y el resto de sus hijos, manteniendo viva esta tradición de origen zoque.
Para ellos tiene un gran significado el mantener viva esta tradición, además de la convivencia, que es una forma de honrar y recordar a los que se han adelantado, por ello procuran conservarlo involucrándose todos, sobre todo sus nietos.
Don Jesús cuenta que hace una corona para cada familiar fallecido, principalmente para dos de sus hijos que partieron del plano terrenal hace años; para sus papás, para sus suegros, su abuela, su hermano y más seres queridos. Junto a su familia visita el panteón municipal cada 2 de noviembre.
En el camposanto siempre llama la atención de propios y extraños las majestuosas coronas florales que lleva la familia Chacón Jiménez, las cuales destacan por sus colores, su originalidad, por ser naturales y su perfección, incluso le preguntan si las vende.
Significado
Se considera que las coronas de flores representan solemnidad y paz, además de simbolizar el respeto y sentimientos por parte de la persona que la entrega o elabora. Su forma circular simboliza la continuidad y eternidad, que representa el ciclo de la vida en el que nacemos, vivimos y morimos para volver al espíritu.
Diversas fuentes señalan que se han encontrado restos muy antiguos de personas que fueron sepultadas con flores. En la antigüedad, estas se usaban para aliviar el olor de los cuerpos en descomposición durante los rituales fúnebres.
Luego, cuando se utilizaban técnicas de embalsamiento, donde no se hacía evidente los olores del difunto, las flores siguieron tomando un papel importante para embellecer el momento, además de brindar un ambiente de solemnidad y respeto.