Echeverría culpable; ordenó la matanza: Patrocinio

Luis Echeverría Álvarez, siendo presidente de la república, fue el autor y responsable de la matanza de estudiantes que ocurrió el 10 de junio de 1971, declaró el exsecretario de Gobernación, Patrocinio González Garrido.

Esas fueron las primeras palabras del también exgobernador chiapaneco, después de que aceptó comentar lo sucedido en esa ocasión.

Siguió diciendo: “Los acontecimientos sucedieron mientras Echeverría tenía una reunión en Los Pinos con el jefe del Departamento del Distrito Federal (DDF) de ese entonces, Alfonso Martínez Domínguez, y el gobernador del Estado de México, Carlos Hank González, con quienes trataba el tema del abastecimiento del agua para la capital del país y zonas conurbadas. Aunque a Echeverría le informaban por la red paso a paso de lo que estaba sucediendo, Martínez Domínguez y Hank González salieron de Los Pinos sin saber lo que había ocurrido”.

C.H: “¿Qué sucedió mientras se efectuaba esa reunión en Los Pinos?”

P.G: “Murieron alrededor de 120 jóvenes estudiantes, más bien dicho, los asesinaron y los cadáveres -por órdenes presidenciales- fueron trasladados al Campo Militar Número Uno de la Secretaría de la Defensa Nacional. Aunque no se pudo probar, se rumoró que varios cadáveres fueron desaparecidos”.

C.H: “¿Quiénes fueron los autores de esa masacre?”

P.G: “Los Halcones, que era un grupo paramilitar ubicado presupuestalmente en la Dirección de Mercados del Departamento del Distrito Federal, pero operado por el Estado Mayor Presidencial que los utilizaba como cuerpo de seguridad del presidente cuando asistía a giras o eventos públicos, para proteger instalaciones estratégicas cuando era recomendable, o para inducir, encauzar o dispersar manifestaciones en contra del gobierno”.

Precisó: “El propósito de Echeverría era culpar a Martínez Domínguez de esos acontecimientos, destituirlo y procesarlo. Esa actitud obedecía al resentimiento que Luis Echeverría tenía contra Don Alfonso por haber sido simpatizante del general Alfonso Corona del Rosal, cuando Echeverría alcanzó la nominación del PRI a la presidencia de la república. Además, el jefe del DDF -o regente como también se le llamaba- había sido convocado para analizar la posible cancelación de la candidatura presidencial de Echeverría, para ponerlo a él, Martínez Domínguez, en su lugar. Te explicaré como se dio esta posibilidad”.

“En la búsqueda del triunfo por la presidencia, Echeverría realizó su primera gira por Michoacán, donde tuvo una expresión desafortunada al cuestionar el comportamiento de los militares en el conflicto con los estudiantes en 1968. Esa actitud molestó tanto al presidente Gustavo Díaz Ordaz como al secretario de la Defensa, general Marcelino García Barragán, analizándose la posibilidad de internar a Echeverría en un hospital en la siguiente etapa que sería en Guanajuato, argumentando que estaba enfermo, sustituirlo como candidato y en su lugar postular a Martínez Domínguez. De último momento, el presidente Díaz Ordaz manifestó que hacer eso era ir más allá de sus facultades como jefe de Estado y líder del partido mayoritario, cancelando ese proyecto”.

“En política no hay secretos y menos en este caso cuando muchas gentes de todos los niveles estaban dispuestas a traicionar al presidente para acomodarse con el candidato. Por alguno de esos filtros, Echeverría se enteró de lo que te acabo de expresar, y se guardó su antipatía por Martínez Domínguez”.

C.H: “Regresando al 10 de junio, ¿qué demandaban los estudiantes?”

P.G: “Reclamaban libertad política y democratización de la enseñanza. La manifestación de estudiantes del 10 de Junio no fue considerada importante por algunos. Como en todas esas marchas, el Estado Mayor Presidencial preparó una carpeta que contenía la información sobre el grupo participante, sus dirigentes y posibles personajes de apoyo externo, su importancia en número y en ascendiente social, los grupos o personas afines y la evaluación sobre los posibles incidentes derivados de ese evento. Como en ocasiones similares, se detalló el recorrido de la manifestación y se establecía que Los Halcones serían el primer grupo de observación y en su caso de contención, teniendo a la policía como segundo escalón y de ser necesario, como tercero, al Ejército bajo el mando del Estado Mayor. Don Alfonso recibió ese documento que se hacía para cada manifestación, mismo que casi nadie veía”.

C.H: “¿Por qué no se revisaban esos documentos del Estado Mayor Presidencial?”

P.G: “Porque siempre eran más de lo mismo y se quedó en el archivero del jefe del DDF. Las carpetas se formulaban porque de esa manera el Estado Mayor Presidencial justificaba sus tareas de seguridad del presidente, a las que se añadía su función de ser un medio de contención política”.

“Don Alfonso, al regresar de Los Pinos a las oficinas del DDF, siendo yo el segundo en cuanto a jerarquía como secretario general, le informé de lo sucedido y junto con su hermano Guillermo preparamos una declaración para los medios que manejó el jefe de Prensa, Manuel Buendía. Por su parte, la Presidencia ya se habían deslindado de los hechos, filtrado que no reconocían la existencia legítima de ese grupo llamado Los Halcones, que dependía del Departamento del Distrito Federal, como ya te hice saber”.

“Don Alfonso no daba crédito porque no le habían dicho nada durante su estancia en Los Pinos y cuando iba a hablarle al presidente recibió su llamada. Por la red, Echeverría le dijo: ‘Alfonso, prepare una gran concentración de apoyo al presidente’, y así se hizo con la magia de Martínez Domínguez, quien convocó y llenó el Zócalo con gente entusiasta expresando su apoyo al gobierno. Después del evento Echeverría lo llamó a Palacio, le dio las gracias y le dijo que lo mejor era que renunciara para que se hiciera una investigación independiente que acreditara que él había sido ajeno a los hechos y que así el presidente lo podría reincorporar al gobierno para que le continuara brindando su colaboración”.

“Al retirarse el jefe del DDF a su domicilio, no estaba su secretaria Beatriz y por eso no era posible que se llevara sus documentos personales, por lo que decidimos enviarle el archivero en una camioneta para que lo revisara con calma y devolviera los de carácter oficial. La suerte protegió al regente, en ese archivero iba la carpeta del Estado Mayor Presidencial relativa a esa marcha, en la que se reconocía la existencia de Los Halcones al consignarse su participación como primer elemento de contención, como ya te comenté y que eran coordinados por el Estado Mayor Presidencial”.

“Previamente, Alfonso Martínez había renunciado, así como el jefe de la Policía, Rogelio Flores Curiel. Alfonso nos pidió a sus cercanos colaboradores que estuviéramos pendientes de lo que se pudiera ofrecerse durante la transición y con la llegada del nuevo regente, que fue el licenciado Octavio Sentíes, un abogado serio y competente amigo de Rubén Figueroa, el transportista de los camiones socio de Echeverría, quien solicitó y consiguió que se suspendieran las obras del Metro para conservar su negocio, y así se hizo”.

“Con el paso de los días, Martínez Domínguez empezó a notar que Echeverría lo quería culpar de lo ocurrido el 10 de junio, a lo que era totalmente ajeno y de manera firme hizo de su conocimiento que tenía en su poder la carpeta del Estado Mayor Presidencial que lo exoneraba y que ese documento ya estaba fuera del país, lo que no era cierto. Ante eso, el presidente desistió de su plan de venganza contra Don Alfonso, quien quedó al margen de ese gobierno, para regresar con José López Portillo como gobernador de Nuevo León, donde hasta ahora es recordado como un excelente mandatario”.

“En esos momentos de triunfo de Don Alfonso, el expresidente Echeverría desempeñaba el cargo de embajador de México en Australia, y después en la de París en la Unesco, los clásicos exilios impuestos por un presidente -José López Portillo- que no permitió que surgiera con Echeverría otro pretendido Maximato, como fue el del presidente Calles”.

Lo ocurrido se conoce como “La Masacre del Jueves de Corpus”, porque la fecha en que se dio esa represión es el día de la festividad del Corpus Christi.

C.H: “¿Desea agregar algo?”

P.G: “Sí, que falta mucho por escribir de nuestra historia reciente y se debe de hacer porque son lecciones que ayudarán a forjar mejores gobiernos, y más adecuadas tomas de decisiones. Lástima que los principales actores prefieran callar”.