Chiapas es la entidad con mayor déficit de vivienda, muchas personas primero habitan y después construyen empleando la autoconstrucción, en su mayoría, sin asesoría de un especialista y con materiales inadecuados, lo que genera un riesgo considerando la actividad sísmica de la región.
Lo anterior, lo señaló Gabriel Castañeda Nolasco, profesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach) y director regional del Laboratorio Nacional de Vivienda y Comunidades Sustentables.
Dijo que, el desarrollo de vivienda esta limitado por las fuentes de ingresos de las familias y los lugares donde habitan, que no siempre son los más aptos para construir, sobre todo cuando son desplazadas del medio rural al urbano.
Situación
“Esto obliga a las familias habitar en zonas con pocas viviendas, sin infraestructura, con poco o nulo acceso a servicios públicos, con terrenos muy irregulares, muchas veces invadiendo predios particulares o incluso reversas como la del Cañón del Sumidero”, expuso.
Al final redunda en solucionar ellos mismos este problema; la principal técnica es autoconstruir y se ven obligados hacerlo, la mayoría de las veces en etapas.
Refirió que, el terremoto de 2017 evidenció que las viviendas que más daño sufrieron y las que colapsaron se ubicaban en el medio rural, porque el sistema de autoconstrucción de buena calidad se ha ido perdiendo en el tiempo por la migración de la fuerza de trabajo.
Migración
“En los pueblos quedan las personas más jóvenes, mujeres y adultos mayores que se las arreglan para autoconstruir, pero de mala calidad, con una mezcla de sistemas constructivos y materiales; resultando en estructuras débiles”, consideró.
En el Laboratorio Nacional de Vivienda trabajan con sistemas constructivos alternativos, con talleres, cursos y asesorías, pero se necesita una política pública, el trabajo de organismos sociales es insuficiente, considerando que más de un 80 % de la población rural no vive adecuadamente.