Del 8 de diciembre al 6 de enero se lleva a cabo uno de los rituales más sincréticos de la región del Altiplano Central de Chiapas, el Belén Zoque, que conjuga en sus quehaceres —de acuerdo con la Iglesia católica— “el ritual de la siembra, que se hace con la finalidad de recordar la fertilidad de la Virgen María”. En él participan hombres y mujeres en una lluvia de simbolismos.
Ritual
Todo comienza el 8 de diciembre. De acuerdo con el Centro Chiapas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el ritual de la siembra es una de las tradiciones tuxtlecas en donde los hombres llevan mazorcas de maíz y las mujeres llevan un jicalpestle con flores, frijol, cacao y algunas monedas.
“A los hombres les corresponde construir ‘la casita’ con varas de madera, de paredes y techo cubiertos con hojas secas de guineo; adentro colocan una ‘canoa’ (tronco ahuecado) llena de tierra, con una loma en un extremo, simbolizando al Cerro Mactumatzá. Después desgranan las mazorcas”, resalta el INAH Chiapas.
Por su parte, las mujeres pasan al altar en donde reciben un recipiente con maíz y frijol, cebollas de cola, chayotes, rábanos, flores y una vela. Acompañadas de música tradicional entran a la casita, y ya dentro los hombres avientan agua sobre las paredes y el techo de la rústica casita, simbolizando lluvia que fertiliza a las plantas, semillas y mujeres. Después es turno de los hombres y ellas realizan la misma acción.
Las personas mayores de edad que conocen el significado de la siembra, señalan que el ritual se hace con la finalidad de adivinar por medio del nacimiento de la “milpita” los pronósticos para el año que está por entrar.
22 de diciembre
Es en este día que se arma el “nacimiento”, mezcla de rituales indígenas y católicos, con una armadura metálica y techo a dos aguas, que se cubre con salsacate (especie de paja gruesa) atado con lazos pintados en amarillo, rojo, morado, verde y natural. Por la noche se realiza la visita de los pastores, única danza que posee un canto escrito en español, latin y zoque.
24 de diciembre
El día 24 sacan la “siembra”, siendo justo en este momento cuando se realiza el ritual adivinatorio, ya que, según como hayan crecido las milpas, será el pronóstico para la próxima cosecha.
Se dice que “si creció torcida o está caída habrá muchos ventarrones, o si están pudriéndose sus raíces habrá demasiada lluvia o inundación. Pero si se encuentra verde y su tallo es fuerte, significa que habrá una buena cosecha”.
6 de enero
En este día se destina para bajar el somé, deshacer la casita y el belén, aunque para limpiar la canoa se realiza una ceremonia especial: el albacea esconde al torito entre la milpa, diciendo que se ha perdido; llama a los priostes para que lo busquen, digan de qué color es o si saben quién es el dueño. Finalmente, todos cooperan en especie y dinero para la celebración del fin de los festejos.