"No parece coincidir la visión que tiene el gobierno mexicano sobre el desafuero del jefe de Gobierno del DF, Andrés Manuel López Obrador, con las opiniones que han expresado los más importantes medios informativos y noticiosos del extranjero.

La idea de que México le dio un ejemplo al mundo desde San Lázaro, con la decisión de los diputados de retirarle el fuero a López Obrador, fue ponderada negativamente por diarios como The New York Times, el cual senaló que ""se trata de un voto que pone en duda la fuerza de la incipiente democracia en México"".

De igual manera, The Washington Post opinó que la medida contra López Obrador ""ha creado preocupación en México y en el extranjero sobre el avance de la transición a la democracia en el país, luego de 70 anos de regímenes autoritarios"". Se preguntó si ""millones de mexicanos podrían aceptar la validez de la elección de 2006 sin la participación de quien hoy encabeza las preferencias para esos comicios"".

Ya el embajador de México en Washington, Carlos de Icaza, ha dado respuesta a estos comentarios, senalando que en México se vive un estricto respeto al estado de derecho; pero la reacción crítica se extendió a otras publicaciones. Los Angeles Times vio el desafuero como ""un operativo riesgoso para un país que lucha aún para lograr que evolucione su democracia"".

The Financial Times de Londres senaló que el desafuero crea la posibilidad de una crisis política tal que ""socavaría la difícilmente ganada estabilidad económica. El prospecto de otra crisis sexenal como las que normalmente acompanaban cada cambio de gobierno en tiempos en que el PRI gobernaba el país no se ve ahora como algo lejano. Esto es innecesario y sería fácilmente evitable si los legisladores y el gobierno actúan racionalmente y con inteligencia, como debiera ser"".

Pero no sólo la prensa foránea ha anunciado sus preocupaciones sobre el posible desarrollo de este asunto. La correduría Goldman Sachs advirtió que el desafuero ""abre una caja de Pandora de posibilidades políticas"", incluyendo la de poner en duda la credibilidad de la elección presidencial de 2006.

Walter Molano, economista de BCP Securities, advirtió que ""hechos parecidos ocurrieron en Ucrania, Líbano y Kirguistán, cuando fuerzas políticas intentaron descarrilar a un candidato muy popular"". Todo indica que los intereses empresariales de los cerntros financieros globales, que se expresan en cierta medida a través de estos medios, intentan enviar un mensaje al gobierno de México.

Para muchos de ellos es más preciada la estabilidad y el respeto al estado de derecho que deshacerse de un aspirante a la Presidencia calificado por algunos de los medios citados como populista.

Dan a entender que pueden trabajar y negociar muy bien con gobernantes de una izquierda moderada, como lo es Lula da Silva en Brasil, que les garantizan el apoyo de una gran base social y que podrían negociar más fácilmente las reformas como las que México requiere.

Los socios de México dentro del TLC tampoco ven con agrado que uno de ellos resbale hacia la inestabilidad. Si bien el gobierno en su conjunto no parece registrar la advertencia y menos ejercer la autocrítica en este caso, algunos funcionarios sí. El mismo procurador general de la República senaló ya que no persigue a López Obrador, y menos por un delito que no es grave, cuya sanción en cuanto a pena privativa de libertad puede ser conmutada a una multa administrativa. (El Universal).

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