El día que el Calalá reaparece

Para los habitantes más longevos, Quetzalcoatl navegó ayer por los cielos de Suchiapa. Llovió el primer día grande de la festividad del pueblo, lo que es un indicativo. Los tigres tiñeron nuevamente las calles de amarillo; el carrizo y el tambor amenizaron la danza de los chamulas, del Gigante y del Calalá.

La festividad del vecino municipio parece ser un sincretismo sobre otro. Sus pobladores creen que Suchiapa fue un asentamiento chiapaneca en tiempos precolombinos, pero tienen a la representación de la serpiente emplumada, dios mexica. Comentan que su fiesta es milenaria y que los españoles vivieron a modificarla.

El Santísimo Sacramento, santo a quien le dedican esta algarabía, salió de la comunidad Emiliano Zapata para instalarse en su morada dentro de la cabecera municipal. Miles de personas acompañaron su recorrido, la fiesta ha comenzado en el pueblo.

“Calalá está en lengua chiapaneca y significa ‘venado’. Es interpretado por una persona, quien debe prepararse con un ensayo de danza con nueves días de anticipación. Debe tener un maestro que le enseñe los misterios (bailes) de toda la festividad, como El Llanito, El Nacalí o El Son del Chapulín”, narró Marcial Gómez Jiménez, quien se autodenominó chamula mayor de Suchiapa.

Los personajes de esta festividad tratan de los tigres (jaguares), los chamulas que representan a los pobladores prehispánicos; el llamado Gigante, que representa a Quetzalcoatl y el Calalá que es un venado, una especie de protector.

La danza desarrollada por todo el poblado, representa un constante pleito entre chamulas y los demás seres vivos, los cuales son molestados por los humanos. Los chamulas siempre buscan intimidar al Calalá, quien lucha contra ellos, y en momentos al verse rebasado, los tigres entran en escena.

“Nuestro personaje del gigante representa la serpiente emplumada, la cual hay una relación con Quetzalcoatl, con los aztecas y para los mayas Kukulkán, que también es una serpiente emplumada”, detalló.

A diferencia de muchas otras festividades, la de Suchiapa no tiene una fecha fija para su iniciación; comienza siempre el segundo domingo de cada junio. Ayer el inicio de la fiesta arrancó junto a una lluvia que para muchos es de buen augurio.

La precipitación no detuvo la salida de los miles de habitantes, los tigres rodaban por los charcos, los chamulas salpican a los espectadores de agua pluvial, no existió más sonido que el carrizo, silbatos, tambores y el “hule jule” de los danzantes.

Cada personaje tiene también su propia danza y por ende sus pasos de baile, en cada una de ellas los instrumentos suenan de diferente manera y en diferente tiempo.

Esta vez danzaron para el Santísimo Sacramento, muchos de los personificados realizaron promesas, una especie de compromiso divino que deben de cumplir con el santo para que éste les cumpla su petición, ello implica salir año con año.

¨Esto tiene más de 500 años, ya desde antes de la llegada de los españoles los chiapa ya danzaban. Es un baile prehispánico dedicado a sus antiguos dioses, como al sol, a la luna, al dios venado, al dios del agua, al viento, a la energía o al trueno; todo esto se conjuntaba en la danza del Calalá, la danza de los tigres¨, finalizó.

Niños, jóvenes, mujeres, ancianos y adultos danzaron bajo el sol, la lluvia y luego el frío sin detenerse un instante mas que para rendir culto al Santísimo, la festividad continuará hasta el domingo último día de la fiesta milenaria.