Arte y artesanía convergen poderosamente con armonía en la casa-taller de Mariano Venturino y su familia Champo Nulutagua en el municipio de Suchiapa.
Las obras de esta familia describen la identidad de su pueblo, destacando por la elaboración de embozos que se utilizan en algunas danzas añejas y legendarias: una de ellas y la más próxima es la del Parachico.
Su arte-objeto sintetiza más de medio siglo de trayectoria profesional en su mejor lienzo: el huanacaxtle.
Ante los ojos de muchos sabedores, no son piezas decorativas, son obras de arte que hablan y expresan el sentir en cada golpeteo de la gubia al tronco, y de menos a más va resucitando el rostro de los antiguos españoles.
A pocos días de una de las festividades más importantes de Chiapa de Corzo, Mariano y su hijo José valoran la paciencia; sus manos hablan y esculpen; la madera y el yeso son maleables y afables a ellos.
La familia Nulutagua sigue siendo legendaria; unos menestrales alegres y con la misma sencillez y sabiduría que los ha caracterizado.
Como parte de la indumentaria de Parachico, José, Candy, Elia y Ubelia Champo, hijos de Mariano, también empiezan a realizar monteras o pelucas tradicionales que serán usadas en breve por estos personajes durante Fiesta Grande y para la ceremonia del Torito, en Suchiapa.