El estado que se mostró contrarrevolucionario

La Revolución mexicana es considerada como el movimiento armado que transformó las estructuras políticas y sociales de todo el país, donde Chiapas -a pesar de tener poca participación- adoptó los ideales del “Caudillo del Sur”, Emiliano Zapata, para combatir las injusticias de la época contra las clases menos favorecidas, y encabezó lo que expertos consideran un movimiento contrarrevolucionario.

Los antecedentes del conflicto se remontan a la situación de México bajo la dictadura conocida como el porfiriato, en la que Porfirio Díaz ejerció el poder en el país de manera dictatorial desde 1876 hasta 1911. Durante estos 35 años, México experimentó un notable crecimiento económico y tuvo estabilidad política, pero estos logros se realizaron con altos costos sociales, mismos que pagaron los estratos menos favorecidos de la sociedad y la oposición política al régimen de Díaz.

En este contexto, Francisco I. Madero realizó diversas giras en el país con miras a formar un partido político que eligiera a sus candidatos en una asamblea nacional y compitiera en las elecciones.

Díaz lanzó una nueva candidatura a la presidencia y Madero fue arrestado en San Luis Potosí por sedición.

Madero logró escapar de la prisión estatal y huyó a los Estados Unidos. Desde San Antonio (Texas), el 5 de octubre de 1910, proclamó el Plan de San Luis, que llamaba a tomar las armas contra el gobierno de Díaz el 20 de noviembre de 1910.

El conflicto armado se inició en el norte del país y posteriormente se expandió a otras partes del territorio nacional.

La contrarrevolución de Chiapas

La distancia y difícil comunicación directa de la época favorecieron la originalidad de los procesos ideológicos y disputas políticas entre los grupos chiapanecos en pugna: conservadores y liberales.

El doctor Mario Nandayapa, catedrático e investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), da a conocer sobre este tema, aclarando que “en México hubo distintas revoluciones y esto debe entenderse desde la microhistoria”.

“Se ha visto como un movimiento nacional, como un hecho positivista, cuando es fragmentario, se manifestó de diferentes maneras. Chiapas tuvo una mínima participación en 1910”, indicó.

Expone que el escenario histórico está inscrito en la lucha armada suscitada en Chiapas entre los años de 1914 y 1920, conocida como “movimiento mapache”, siendo su génesis inmediato el enfrentamiento entre Tuxtla y San Cristóbal en 1911.

San Cristóbal, aliada de un ejército del pueblo de San Juan Chamula, pretendió que los poderes volvieran a la antigua capital colonial, pero fueron vencidos militarmente.

Citando su obra, “De lo literario a lo íntimo. Un gesto de la lucha armada de Chiapas 1914-1920”, da a conocer que luego de vivir durante tres años en paz, los chiapanecos se verían envueltos en una guerra que duró seis años.

Social

En efecto, en septiembre de 1914 llegaron al estado tropas carrancistas al mando del general Jesús Agustín Castro. Asumió la gubernatura, mientras que sus jefes y oficiales ocuparon los principales cargos públicos; disolvió el Congreso del Estado y decretó una “Ley de Obreros”, que pretendía poner fin al odioso sistema de servidumbre que prevalecía en Chiapas.

La imposición de estas leyes y los abusos cometidos por las fuerzas constitucionalistas provocaron malestar en ciertos sectores de la sociedad, por lo tanto la respuesta no tardó en llegar.

El 2 de diciembre del mismo año, los finqueros de Chiapas se reunieron en la Ribera de Canguí, en Chiapa de Corzo, y decidieron hacerle la guerra a los carrancistas, quienes se dedicaban al pillaje.

Encabezados por Tiburcio Fernández Ruiz en los Valles Centrales y por Alberto Pineda en los Altos, encabezaron un movimiento rebelde de corte reaccionario contra las reformas del carrancismo.

En este punto, el académico expone que “Chiapas más allá de participar en la Revolución, creó un movimiento reaccionario contrarrevolucionario, pues combatió esos ideales”.

En la obra expone que seis años después, luego de la muerte de Carranza y el ascenso de Álvaro Obregón al poder, los finqueros rebeldes, autonombrados “mapaches”, se alzaron con la victoria, controlaron el poder y cancelaron por completo la posibilidad de una reforma social, sobre todo en lo que respecta a la servidumbre agraria y al reparto agrario.

De esta manera, en la zona baja de Chiapas se observa a Tiburcio Fernández Ruiz, de filiación villista, combatir al carrancismo; Rafael Cal y Mayor, de filiación zapatista; y Alberto Pineda Ogarrio, este último en la zona fría, también combatiendo al carrancismo.

Tiburcio Fernández Ruiz es nombrado jefe del movimiento villista en Chiapas por el propio general Francisco Villa.

Organización

Con este nombramiento, Fernández Ruiz organiza la famosa División Libre de Chiapas, para combatir abiertamente a los afiliados de Carranza en Chiapas.

Después de seis años de lucha revolucionaria, el orden económico y social de Chiapas quedó intacto, tal como lo había heredado de la época colonial.

El general Tiburcio Fernández Ruiz, jefe de la contrarrevolución en Chiapas, fue nombrado gobernador constitucional del Estado.

En las elecciones, el triunfo correspondió al general Tiburcio Fernández Ruiz, jefe de las fuerzas contrarrevolucionarias y rico hacendado de la Frailesca, candidato de los hacendados, de los finqueros, de algunos comerciantes y, paradójica e inexplicablemente, de los propios peones.

El académico expone que a partir del año 2010, el país entero comenzó a expresar que no hubo una sola revolución, “son varias las revoluciones, en cada lugar se dieron manifestaciones, se rompe esta idea totalitaria que se tenía de la Revolución mexicana en México, y particularmente en Chiapas”.