En tres décadas el Soconusco fue escenario de la construcción del ferrocarril, lo que significó el proceso del desarrollo económico, político y social en la región. De acuerdo a la investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México, María Elena Tovar González, esta historia forja el mosaico étnico del litoral chiapaneco donde se conjugaron chinos, alemanes y japoneses.
De 1880 a 1908 se construyó el sistema de ferrocarriles en la entidad, producto de un proyecto del diplomático Matías Romero, quien emprendió una campaña para atraer la inversión con las plantaciones de café. “Él consideró que las tierras fértiles del Soconusco eran espacios propicios para la inmigración y colonización extranjera”, apunta Tovar González.
Gobernaba Porfirio Díaz, quien con la Ley de Colonización y Deslinde de Terrenos Baldíos, generó una alta demanda de terrenos para ocupar el Soconusco por parte de extranjeros y nacionales.
En aquellos años “el gran medio, si no eran las mulas y los arrieros, era el ferrocarril”, subrayó la investigadora, quien acotó que fue gracias a las necesidades de comunicación de aquellos inversores que se dio paso al desarrollo tecnológico del ferrocarril.
“Los multimillonarios que hacían riqueza en todo el mundo, también lo hicieron en Chiapas, y el ferrocarril fue la posibilidad de comunicar a los finqueros que requerían del transporte del café, principalmente para comercializarlo en otros países”, dijo, aclarando que también habían intereses por el algodón, plátano y árboles para generar hule.
El clima mundial y nacional era tenso, Estados Unidos se encontraba bajo el lema “América para los americanos”, los grandes imperios estaban en decadencia y buscaban invertir en otros países para su recuperación, y esta región se presentó una oportunidad.
Tras la petición de movilidad de británicos, alemanes, franceses y norteamericanos, se instauraron los 108 kilómetros de vías en Chiapas por un contratista mexicano, lo que reafirmó al Soconusco como el motor de la economía, teniendo como mote “la pequeña colonia en Chiapas”.
La migración creció, y los alemanes e ingleses se posicionaron en la producción de café y hule, por lo que comenzaron a construir con una “arquitectura que les recordaba de dónde venían, dejando un corredor turístico en la actualidad”.
Los chinos, dijo, están ahí porque se abren las fuentes para el trabajo ferroviario, “no eran considerados como migración permanente, pero cuando terminaban de construir se instaban en las ciudades, mezclándose con los nativos y esto se refleja en la comida y festividades de alguno pueblos”, acotó.