El graffiti, entre el arte urbano y el vandalismo

En las calles con graffiti en Tuxtla Gutiérrez se pueden observar desde rayones con aerosol hasta murales cuidadosamente elaborados, por lo que socialmente se ha generado una discordia que discrimina entre el arte urbano y el vandalismo.

Para conocer la perspectiva de los llamados “artistas callejeros” se entrevistó al artista visual, tallerista y graffitero: “Sdack”, quien pidió omitir su nombre y ser llamado por su sobrenombre, el cual usa como firma desde que inició en el mundo del graffiti hace uno 15 años.

De aspecto joven pero con evidente experiencia, explicó que la firma es importante en el ambiente, por eso él mantiene la misma desde sus inicios para firmar sus cuadros y graffitis, expuestos en diversos municipios de la entidad como Comitán, Venustiano Carranza, Tapachula y San Cristóbal de las Casas; y en los estados de Jalisco y Zacatecas.

La problemática dentro del arte urbano, referido al graffiti, nos lleva a preguntarnos ¿Qué es realmente arte y qué no lo es? He expuesto mis trabajos en galerías, algunas de ellas son de origen graffitis pintados en calles, pero que posteriormente plasmo en cuadros, y la gente los compra.

El mismo graffiti que se puede ver gratis en calles, en una galería, puede ser vendido por varios miles de pesos; en mi caso particular mis cuadros se venden en unos 6 mil pesos, pero en la calle no tienen ningún precio, el observar no tiene precio, dijo “Sdack”.

El entrevistado explicó que el graffiti inició como símbolo de protesta que, tras su evolución debe hacer una denuncia y exhibir una correcta técnica, siendo este concepto el toral para definir el arte urbano y las pintas desordenadas.

“No cualquiera puede hacer una línea recta con aerosol, no es lo mismo tomar un lápiz o un pincel, aprendizaje que me llevó dominarlo 5 años”.

Inició en el graffiti en el 2001, por la simple curiosidad de dibujar letras con aerosol. Sus primeras pintas las realizó en su colonia, para después ir al centro y a las orillas de la ciudad. Según “Sdack”, esa era el reto del graffitero en aquella época, pintar su sobrenombre o su “placa”, sin invadir el espacio de otros colegas, aquél que tenía más graffitis era el más reconocido entre los graffiteros.

El artista urbano reconoció que actualmente los áreas públicas han abierto espacios para la exposición, contrario a lo que ocurría hace algunos años, pues la cultura del graffiti era tachada de delincuencia.

Agregó que actualmente existe muchas desinformación, principalmente enfocada hacia los jóvenes que comienzan en la práctica del graffiti, pues esto son los que realizan los rayones, aunque el simple hecho de hacerlo, nos los hace graffiteros.