El maíz no solo se cosecha, se honra

El maíz no solo se cosecha, se honra

En el marco del Día Nacional del Maíz, este 29 de septiembre, Chiapas mira al presente con datos recientes que mezclan esperanza y exigencia urgente.

Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), en 2024 el maíz fue el cultivo hegemónico: ocupó el 51.43 % de la superficie sembrada del estado y aportó 31.01 % del valor de la producción agrícola estatal.

En el ciclo otoño-invierno de ese año, la siembra cayó 26 % y la producción de maíz se redujo a 44 % en comparación del mismo ciclo de 2023.

Hay que destacar que en los primeros meses de 2025, en Chiapas y regiones productoras, se observó un ligero repunte: la producción de maíz grano blanco creció 4.4 % en marzo respecto al mismo mes del año anterior, alcanzando más de 462 mil toneladas.

Desafíos para el campo

Sin embargo, pese a estos brotes de recuperación, persisten los desafíos respecto a este producto milenario y base de la alimentación de estados como Chiapas.

Para los productores la inversión en infraestructura es escasa, los costos de insumo suben, y muchos campesinos siguen dependiendo de la lluvia, sin seguro contra eventos climáticos extremos.

Faltan apoyos

En municipios como Venustiano Carranza, La Concordia y Villafores, donde el maíz es base de sustento, productores exigen más apoyo para semillas mejoradas, asistencia técnica y esquemas de comercialización equitativos.

En regiones como Los Altos, donde el sol acaricia con timidez la tierra, el maíz sigue siendo el corazón del calendario.

En Chamula, Zinacantán y Tenejapa hombres y mujeres siembran con las manos curtidas, creyendo más en la memoria de la luna que en los relojes modernos. Estos pueblos nos recuerdan que el maíz no solo se cosecha: se honra.