El mundo envejece: las ciudades deben cambiar

El mundo envejece: las ciudades deben cambiarExponen que los adultos mayores deben ser prioridad. Carlos López / CP

Ante la proyección de que una cuarta parte de la población mundial será mayor de 60 años en 2050, la arquitecta e investigadora, Marissa Monserrat Ibarra Gallardo, hizo un llamado a transformar los espacios públicos para hacerlos verdaderamente inclusivos con los adultos mayores.

Durante una conferencia en la Unach, la experta, ganadora del Galardón Arquitectas FCE 2023, presentó datos alarmantes y propuestas basadas en su tesis doctoral sobre diseño urbano gerontológico.

La bomba demográfica

Ibarra mostró mapas de la ONU en donde México aparece entre los países con mayor crecimiento de población envejecida. Mientras a nivel nacional, 14 % de los habitantes supera los 60 años; en Chiapas la cifra ronda el 10 %, pero con una tendencia ascendente acelerada.

“La pirámide poblacional se está invirtiendo: para 2050 tendremos más abuelos que niños”, alertó, destacando que este grupo ya representa el segmento de mayor crecimiento demográfico.

Ciudades que excluyen

La especialista criticó el diseño actual de espacios públicos, donde “todo está pensado para jóvenes y niños”, como bancas aisladas que impiden socializar, aceras con desniveles mínimos (0.5 cm) que causan caídas.

Ante ello dio un dato alarmante: “el 75 % de los ancianos que se caen no se recuperan de acuerdo al Inegi, aunado a la ausencia de baños públicos accesibles.

“Ponemos una rampa y creemos que resolvimos la accesibilidad, pero esta debe ser física, sensorial y cognitiva”, explicó al mostrar cómo personas con limitaciones visuales, auditivas o de orientación quedan excluidas.

Ciudades amigables

La solución, propuso Ibarra, está en adoptar el modelo de Ciudades Globales Amigables con los Mayores, creado por la OMS en 2007 y ya implementado en Zapopan, Mérida y Monterrey.

Este esquema exige, parques con equipamiento geriátrico con aparatos de ejercicio. Un diseño intergeneracional que integren bancas que fomenten conversación, senderos seguros y vegetación cuidada.

Además de aplicar las Normas oficiales, que aunque México tiene leyes de accesibilidad, “existen pero no se cumplen ni se conocen”.

Estereotipos

La investigadora desmontó estereotipos, como el que “la genética solo influye en 25 % del envejecimiento; el 75 % depende de nuestro entorno y hábitos”.

Clasificó a los mayores en tres grupos con necesidades distintas, los viejos jóvenes de (60 a 74 años) que son 80 % activos e independientes. Los viejos viejos (75 a 89) que requieren asistencia ocasional. Y los grandes longevos (90+) que son solo 5 % de la población.

“Debemos preparar ciudades desde los 45 años –advirtió–, cuando ocurre el primer quiebre biológico”, declaró la investigadora.

Llamado

Ibarra urgió a trabajar desde las políticas públicas integrales (no solo salud, también infraestructura). Así como incidir desde la academia para incluir la gerontología ambiental en planes de estudio.

“Si adaptamos ciudades para los mayores, beneficiamos a todos, madres con coches, personas con discapacidad temporal, niños”, concluyó la experta, cuyo trabajo busca que los abuelos dejen de ser “espectadores pasivos” en plazas y parques.

Su investigación es un llamado a la acción para arquitectos, urbanistas, formuladores de políticas y la sociedad en general, para visualizar y construir un futuro más inclusivo y adaptable al envejecimiento poblacional.