El origen del desfile cívico militar

Septiembre es el mes más importante para millones de mexicanos, al conmemorarse distintos hechos históricos que fueron trascendentales para nuestro país, marcando un antes y un después en la sociedad, el gobierno y las instituciones. Es cuando se manifiesta el sentido patriótico.

Desde la gesta heroica de los llamados Niños Héroes el día 13, el “Grito de Independencia” la noche del 15 y desfile cívico militar la mañana del 16; son fechas que muchos mexicanos esperan con ansias para celebrar por su país, de diferentes formas, tal y como enseñan en las escuelas.

Cada fecha reúne a miles de personas, familias enteras, en cada ciudad y estado del país, en las escuelas, parques públicos, Palacios Municipales y Palacios de Gobierno estatales, para realizar las históricas ceremonias y actos conmemorativos.

16 de septiembre

La mañana del 16 de septiembre es cuando se realiza el desfile cívico militar, al que millones de familias se dan cita para apreciar la entrega, voluntad e identidad de las Fuerzas Armadas y de seguridad de cada estado y de todo el país. Este acto marca el final de las celebraciones patrias del mes de septiembre.

De acuerdo con la historia, fue el 16 de septiembre de 1825 cuando se realizó el primer festejo oficial por órdenes del entonces presidente de México, Guadalupe Victoria. Se efectuó replicando la ruta que hizo el Ejército Trigarante, del Paseo de la Reforma a Palacio Nacional.

Fue en 1930 cuando se realizó el primer desfile masivo en conmemoración al inicio de la independencia, en el que participaron 25 mil efectivos e integrantes de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM).

Según se sabe, la tradición de los desfiles anuales surgió a partir del 16 de septiembre de 1935, cuando el entonces presidente Lázaro Cárdenas ordenó que los desfiles militares del 16 septiembre se llevaran a cabo de manera ininterrumpida.

La lucha por la independencia duró al menos 11 años, desde el 16 de septiembre de 1810, con el conocido “Grito de Dolores”, hasta finalizar el 27 de septiembre de 1821, cuando hizo su entrada triunfal el Ejército de las Tres Garantías (Trigarante) a la Ciudad de México.

Cambios de gobierno

Los registros señalan que el 16 de septiembre de 1896, la llamada Campana de Dolores fue trasladada a la Ciudad de México, para ser colocada en Palacio Nacional.

En ese proceso, el gobierno de Porfirio Díaz ordenó una parada militar en la que el Ejército Federal hizo gala de su gallardía y marcialidad, lo que impactó a la población que pidió al año siguiente un evento similar, según los historiadores.

Varios años después, en 1910, al cumplirse 100 años del inicio de la independencia, Porfirio Díaz gritó —desde el balcón central de Palacio Nacional— lo siguiente:

“Mexicanos: ¡Viva la república!, ¡viva la libertad!, ¡viva la independencia!, ¡vivan los héroes de la patria! y ¡viva el pueblo mexicano!”.

Algo trascendental ocurrió en la historia de nuestro país, y es que hubo un periodo en que este amado evento se tuvo que suspender: de 1914 a 1916, durante la Revolución Mexicana. Sin embargo, en su lugar se hizo un desfile de las fuerzas revolucionarias.