La Universidad de Arizona posee máscaras de Parachico muy distintas a la estética que actualmente portan los danzantes, incluso una tiene cabello y bigote, con facciones mexicanas. Inmerso en la modernidad, este personaje es un ente que se modifica con el tiempo y que debajo de la montera, sarape y máscara, resguarda la magia de la tradicional Fiesta Grande.
Debido a los rituales que acompañan la celebración, puristas y algunos historiadores no están de acuerdo con la exactitud de la leyenda de María de Angulo; esto no detiene al Parachico y mucho menos a la celebración, que se ha acrecentado en días y multitudes.
Leyenda
Chicki Mallán en “México Colonial”, relata la leyenda de la rica española, María de Angulo, centroamericana que tenía a su hijo enfermo y rezó a San Sebastián y buscó a muchos médicos para que lo curaran. Sin éxito, le hablaron de un chamán o herbolario en Namandiyugua, cerca de Chiapa de los indios, a donde se mudó.
El herbolario examinó al niño y luego le ordenó bañarlo en una pequeña laguna llamada Jaguey (“donde nada el jabalí”). Durante muchas semanas lo llevó a la laguna y por si acaso rezó a San Sebastián. El niño se curó.
El chamán sugirió que el niño necesitaba una pequeña fiesta para ayudarlo a recuperarse y animarlo. Por lo cual, doña Angulo organizó a sus sirvientes, quienes se disfrazaron con máscaras de madera, sarapes y látigos. “Tenía sentido que la celebración se llevará a cabo el día de la fiesta de San Sebastián, por si acaso”, resalta el viajero.
Génesis y género
En el extenso análisis que realiza la antropóloga de la Universidad de California, Xóchitl C. Chávez, en el libro “Dancing across borders”, para la Universidad de Illinois, detalla que la Fiesta de Enero comenzó oficialmente en 1599; en su libro, las fechas de celebración que manejaba en el contexto de su investigación, fueron los días del 8 al 23 de enero.
La investigación de Xóchitl C. Chávez, da cuenta de cómo mujeres y hombres han redefinido las normas de género en este festival ritual y religioso. Y de cómo se reafirma el sentido de pertenencia de la comunidad, de la historia y de la lealtad a la tradición.
También sostiene que la Fiesta Grande es un lugar para la negociación de género. Su tesis, a pesar de estar realizada en los años 80, se sustenta en la actualidad, basta recordar que recientemente se agregó un día al calendario para celebrar a las Chiapanecas, y los gestos de inclusión que han tenido algunas pandillas de Chuntas, con la comunidad LGBT+.
La máscara
“Mexican Masks”, de Donald Cordry, es un libro que refleja un trabajo extenso por toda la República, un análisis de las máscaras de cada rincón del país, publicado por la Universidad de Texas en 1968. El libro recopila una colección de cinco máscaras de Parachico de la Universidad de Arizona que resguarda la Smithsonian Institution.
Las cinco tienen rasgos distintos, y el pie de foto dice que: “Los portadores de la Gran Máscara, la del centro y la de la parte superior derecha eran los protagonistas principales de este baile que fue impartido durante los últimos seis días de enero”.
Cordry fue autodidacta y es considerado un erudito y etnógrafo de las artes y artesanías de México, comenzó a coleccionar máscaras desde que llegó al país en 1932.
Hay una guía de turismo de Chiapas realizada por el periódico El País y el Gobierno del Estado en 2005, que se distribuyó en países de habla inglesa; dentro de sus páginas, se describe al Parachico y se detalla el importante valor de las máscaras, pues se “necesitan más de 10 años para crear una de estas máscaras”.
Sin demeritar el papel de los artesanos, es muy probable que la inmersión en el sistema globalista y capital influya en la elaboración de estas máscaras artesanales, las cuales se ofertan a costos elevados a turistas y locales.
Con el paso de los años, la máscara y el traje de Parachico evolucionó hasta convertirse en la colorida representación actual. Las fotos que tiene el INAH en su mediateca sobre los parachicos, dan cuenta que durante 50 años el traje y la máscara se respetan fielmente, en uno de los eventos más grandes del año en Chiapas.