El pavón, una especie conservada en el Tacaná

Desde junio de 2010 se iniciaron los trabajos de vigilancia de aves en el volcán Tacaná, con el fin de conocer de cerca el estatus que guardaban; después de tantos recorridos y hallazgos, se concluyó que el pavón, una especie emblemática en la zona, goza de buena salud y esto es alentador para la conservación de la reserva, puntualizó Nelson Pérez Miguel, presidente de la Red de Monitores.

De las seis mil 300 hectáreas que se tienen de bosque mesófilo protegido, en 500 de ellas el animal no sólo se desplaza sin problema, también se deja ver con frecuencia en su hábitat natural.

Afortunadamente, dijo, la población ha entendido la necesidad de cuidar a ese ejemplar que, con el paso del tiempo, dejó de tener miedo a la presencia del ser humano y puede ser observada por otros especialistas en temas de fauna.

Pérez Miguel recordó que a partir del 2013 comenzaron con el rastreo de las aves en general, desde las endémicas hasta las que están bajo alguna categoría de riesgo o peligro de extinción, pasando por las especies que son migratorias.

Además del pavón, las personas han localizado a otros ejemplares de relevancia para el medio ambiente, entre ellos está el quetzal, el chipe rosado y la Tangara cabanisi: estos animales son endémicos, es decir, que difícilmente se pueden ver en otras partes.

No obstante, a lo largo de los años las personas que integran la Red de Monitores han identificado a 206 especies de aves en los alrededores del volcán, algunas son migratorias y se les puede ver en temporada invernal.

El pavón, explicó, se desplaza en toda la reserva, en algunas ocasiones se le puede ver a los tres mil 500 metros de altura (la cima de la reserva tiene cuatro mil 100 metros) consiguiendo alimentos durante los meses de noviembre y diciembre, sin embargo, en junio o julio se mueve en los dos mil 500 metros.

Aunque es un ejemplar que ha sufrido las consecuencias de la caza furtiva y de la destrucción del medio ambiente, al ser una ave en peligro de extinción, las comunidades que viven cerca han entendido que tienen que conservarla. Matar al ejemplar podría traer sanciones de hasta nueve años de prisión. 

Finalmente, el presidente de la Red de Monitores comentó que en este 2021 tienen programado hacer un monitoreo de mamíferos a través de la localización de huellas y con cámaras trampas, además de que sembrarán árboles nativos para cuidar el entorno.