El PET, una oportunidad ambiental y económica

El reciclaje de botellas de plástico (politereftalato de etileno mejor conocido como PET por sus siglas en inglés), es un factor actualmente indispensable para contener la contaminación ambiental que se padece en algunas regiones del estado, una acción que también puede generar ganancias económicas para quien recolecte y realice el proceso de tratamiento para su rehuso.

Por ejemplo, en algunas ciudades del norte de Europa cualquier ciudadano puede ingresar una botella de PET a una máquina electrónica que brinda efectivo a cambio de plástico, algunas otras otorgan recargas telefónicas; este es un programa de iniciativa gubernamental que busca crear conciencia en sus ciudadanos sobre la importancia del reciclaje.

Sin embargo, en Tuxtla Gutiérrez no se podría implementar un programa de dicha magnitud por diversas circunstancias, como la falta de iniciativa del lado gubernamental o que el precio del kilogramo de PET oscila en los dos pesos con 50 centavos.

A lo anterior, si un ciudadano mexicano ingresara un botella de PET en una de estas máquinas recibiría, probablemente, unos dos centavos por botella una cantidad que probablemente no animaría  al contribuidor. 

Y es que, el reciclar las botellas de plástico de manera formal y con el debido proceso se obtienen diferentes beneficios, por ejemplo puede ser usado para crear tecnología domestica a bajo costo para brindar luz o purificar agua. Además, de crear fibra textil, fabricar piezas de block a base de plástico y cemento, envases de termoformado para alimentos, fleje para amarre y monofilamento para escobas.

Reciclaje en otras partes del mundo 

A pesar de que México ha alcanzado números positivos en la recolección y tratamiento del PET, incluso se ha convertido en uno de los potenciales exportadores de este plástico a China, aún falta trabajo por hacer ya que en algunas zonas del país se sigue desperdiciando toneladas anuales de PET, las cuales mayoritariamente terminan en afluentes.  

Por ejemplo, en el país sudamericano de Colombia una empresa privada denominada Enka, ha creado diversas cooperativas y fundaciones sin fines de lucro comprometidas con los temas ambientales y sociales, las cuales han servido de “puente” entre la sociedad en general y éstas para obtener enormes volúmenes de material reciclado.

Mediante una red de diversas cooperativas distribuidas en distintas regiones del país, han logrado aumentar el nivel de concientización en cuanto a la cultura del reciclaje, además de capacitar y  mejorar la calidad de vida de las recicladoras.

Otra referencia mundial en el asiático país de Japón, debido a las consecuencias generadas por la Segunda Guerra Mundial este país comenzó a crear leyes ambientales desde la década de los 60’s del siglo pasado.

En cada barrio de todas las ciudades del país mantiene una dinámica propia de reciclaje  y que funciona a su manera. Cada nueva persona o familia que se muda a un nuevo lugar  el Ayuntamiento o junta de distrito, brinda un folleto extenso que  explica los detalles del reciclaje en la zona.

Por ello, a pesar de ser un país territorialmente pequeño con una población numérica, es uno de los países en el mundo que menos padece de contaminación ambiental de cualquier índole.  

Japón recicla aproximadamente el 77,9 % de  botellas PET (volumen total de recolección/volumen de botellas vendidas)  en 2012, según datos del Consejo de Reciclaje de Botellas de PET de ese país. 

Según datos en el 2014, de Bio Reciclados Flogueiras, empresas de sistemas de eliminación de residuos, el valor estimado en el negocio del reciclaje de plásticos en  el país es de 15 mil millones de pesos, además de que en ese entonases solo existían en México ciento 50 empresas dedicadas al reciclaje.

El reciclar contribuye para detener el deterioro ambiental, según datos de ECOCE, asociación civil sin fines de lucro, en los últimos 12 años se ha acopiado más de dos millones de toneladas de envases de PET post-consumo, es un equivalente a ocho millones 924 mil 400 barriles de petróleo ahorrados.   

Actualmente en Tuxtla Gutiérrez, existe solamente una planta formal en reciclaje de PET, ubicada sobre la carretera Tuxtla-Chiapa de Corzo, kilómetro 6.5, denomina Recupet, especificada en la recolección, trituración y exportación del plástico en materia prima a estados del Centro de México.

“Trabajamos de manera independiente, pero nos hemos apoyado del Gobierno federal y estatal para hacer crecer nuestra planta mediante la adquisición de equipo e infraestructura”, señaló Jaime Trugete Bolio, titular de Recupet.

Agregó, que entre Tuxtla Gutiérrez y algunas partes del municipio de Chiapa de Corzo esta planta obtiene una tonelada diaria de puros productos PET. Aparentemente una cantidad que generaría ganancias positivas si se explotara mediante apoyos gubernamentales. 

Recupet exporta a empresas privadas alrededor de 40 toneladas de PET, en periodos de aproximadamente 25 días, plástico obtenido mediante sus 25 centros de acopio dentro de esta ciudad capital y del vecino municipio.

Proceso

“El producto final que se obtiene con la trituración del PET son pequeñas hojuelas de plástico, que sirve como materia prima para hacer nuevos productos”, añadió Trugete Bolio.

Se compra el kilogramo de PET en dos pesos con 50 centavos, si se trata del plástico transparente que normalmente se utilizan en bebidas, si se trata de plásticos con colorantes (como las de cloro), éstas valen un peso con 50 centavos por kilo.

Los principales objetivos de esta planta recolectora están enfocadas en el tema ambiental y social, con el primero se ha evitado que 40 toneladas de plásticos estén sobre el suelo de la ciudad y en el segundo, familias han encontrado un ingreso extra contribuyendo con el reciclaje. 

Al recolectar este tipo de botellas se ahorran espacios en los rellenos sanitarios del basurero municipal, otorgando más vida a estos. Sin embargo, aún queda trabajo que hacer para lograr una concientización en la ciudadanía sobre la cultura del reciclaje.

Prueba de ello, son los distintos objetos que desembocan en el río Grijalva mediante el río Sabinal, como también la gran cantidad de botellas tiradas por diferentes calles de esta ciudad capital.   

Ayuntamiento Tuxtla

Actualmente, la administración municipal de Tuxtla comienza a implementar la promoción proyectos de reciclaje, de algunas empresas particulares en algunos centros educativos, para comenzar a crear una cultura del reciclaje en los infantes.

“De igual manera hemos otorgado espacios a organizaciones que realizan colectas de esta índole junto a actividades recreativas para niños y jóvenes”, señaló Alejandro Mendoza Castañeda, secretario del Medio Ambiente y Movilidad Urbana municipal.

Sin embargo, aún no existen contenedores destinados al depósito masivo de PET en la ciudad, solamente algunos destinados y que en su mayoría pertenecen a instituciones privadas.

Comenzar un negocio de reciclaje PET

La finalidad del negocio del reciclado del PET es tratar de adquirir la mayor cantidad de botellas de plástico posible para que éstas sean trituradas hasta quedar en pequeñas laminillas, luego se junta este tipo de resultado en toneladas y son  vendidas a grandes empresas.

Estas empresas “lavan” las pequeñas hojuelas de plástico y las convierten en resina virgen lista para ser utilizadas como materia prima para crear otros objetos de plástico, háblese de nuevas botellas, vasos, etc., que nuevamente son vendidas a empresas que realizan refrescos y demás bebidas. 

Si se tiene un presupuesto demasiado bajo para emprender una empresa recolectora, se puede empezar con uno mismo recolectando botellas de la calles y luego venderlas a sitios que te las adquieren por kilogramo.

Si se tiene un capital “alto”, se puede adquirir un molino triturador de PET, cuyos precios oscilan entre los ciento 60 mil y 300 mil pesos, máquinas que triturarán las botellas hasta dejarlas en diminutos pedazos y después solo quedaría contactar a una empresa que adquiera este tipo de material procesado.

De hecho Jaime Trugete, propietario de Recupet, comenzó recolectando por sí solo una gran cantidad de botellas las cuales vendía, sin embargo, siempre tuvo en mente el proyecto de implementar una empresa de esta índole.

Ante ello, trabajó con un proyecto que ingresó al Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), en el cual estuvo en orientación por casi un año, luego el personal del lugar le comentó que metiera su trabajo a un concurso estatal (de ese entonces), por parte de la Secretaría de Economía de Chiapas

Su proyecto fue el ganador en el ámbito ecológico, por lo cual el gobierno del estado apoyo en poco más del 50% de inversión presupuestal para iniciar este tipo de empresa recolectora y de trituración de botellas de plástico.