Doña Estelita y don Roque Méndez son dos de los locatarios con mayor antigüedad en el mercado San Juan, uno de los centros de abasto con mayor cantidad de negocios y visitantes, el cual se localiza al oriente de la capital Tuxtla Gutiérrez.
El centro de comercio de la ciudad surgió luego de la reubicación del mercado Aranda Osorio, que se encontraba en la colonia Bienestar Social.
Abarrotes Doña Estelita
A sus 84 años, doña Estelita se dedica a la venta de abarrotes, actividad que realiza desde que llegó al mercado San Juan hace alrededor de 40 años.
Cuando llegó sólo había una nave construida, la cual es hoy conocida como nave mayor.
Incluso lo que ahora es la segunda nave y el estacionamiento era un terreno con palmeras, el cual ha desaparecido por completo; a un lado había una jardinera.
A los 45 años decidió emprender el negocio de abarrotes ante la oportunidad que le brindó otra locataria que decidió traspasarle el espacio a contra entrega de cinco pesos de aquellos años.
“Esto me ha sostenido. Antes ganaba por lavar ropa y mi esposo se dedicaba a hacer instalaciones eléctricas, por lo que los dos teníamos que trabajar”, contó.
Madre de cuatro hijos, tres mujeres y un hombre, narra que ellos crecieron al tiempo que ella se mantenía en el lugar; ahora tiene nietos y diez bisnietos.
Mientras atendía a un proveedor, compartió que el mercado San Juan surgió tras la desaparición del mercado Aranda Osorio, que se encontraba en las calles de la colonia Bienestar Social.
Muy pocas personas que llegaron del antiguo mercado aún sobreviven.
Con préstamos bancarios, que son especialmente para los locatarios, Estelita ha logrado sobrellevar su negocio.
Es una de las principales surtidoras de abarrotes de los negocios del mercado, quienes por las mañanas no dudan en surtirse de galletas, azúcar y café para iniciar el día de venta.
En el momento en que llegaron los vendedores de flores, los primeros locatarios debieron imponerse y los enviaron a la parte posterior del mercado, porque se colocaron al frente de la calle Pensil.
Ante la situación, los comerciantes de la nave mayor se preocuparon y exigieron el reacomodo, puesto que de lo contrario sus ventas se verían afectadas, ya que los compradores sólo consumirían los productos ofertados en la parte frontal y se retirarían.
De las 8:00 a las 14:00 horas, todos los días, doña Estelita se dedica a su negocio y más tarde vuelve a su casa en la colonia Jardines, al oriente de la ciudad.
Carnicería La Surtidora
Don Roque era secretario general del mercado cuando los vendedores acudieron a intentar tomar posesión del frente del centro de abastos, por lo que con el apoyo del resto de locatarios se opuso a tal situación y lograron el reacomodo.
En medio del bullicio común del lugar y sosteniendo un trozo de carne que hace en filete, compartió que llegó cuando el mercado San Juan tenía aproximadamente seis meses de fundación.
Rememora que fue inaugurado por el entonces gobernador del estado Juan Sabines Gutiérrez. Al inicio sólo existía la nave donde ahora se encuentra su local.
“Para cuando se inició hace 40 años, aquí no se paraban pero ni las moscas, hasta que logramos traer la central de abastos es que esto levantó”, sentencia.
“Yo aquí me hice tablajero y locatario del mercado. Ni era locatario ni era tablajero, pero las circunstancias del destino a veces nos pone en el lugar correcto o a veces incorrecto; a mí me puso en el cauce perfecto para mi vida.
“Esto me ha dado muchas satisfacciones”, señala con un ademán al tiempo de compartir que es un negocio familiar en el que participan su esposa, hijos y hasta sus nietos.
“En 40 años suceden muchas cosas, hemos tenido que hacer reformas al mercado porque no era así, se le han hecho muchas remodelaciones y en una ocasión se quemó la nave mayor hace unos 20 años”, contó.
Los daños fueron en gran parte de la nave, debido a que el fuego se inició en los locales de veladoras, por lo que se dañó la estructura metálica; el fuego comenzó de arriba y los fierros se retorcieron, por lo que tuvo que hacerse un cambio de láminas, finalizó.